Las patatas fritas de Cuenca cumplen 75 años de tradición y sabor auténtico
La Clementina celebra este aniversario manteniendo la receta tradicional con la que nació en 1950
Las patatas fritas de Cuenca cumplen 75 años de tradición y sabor auténtico
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Cuenca
En 1950, Luis Clemente, un joven futbolista de la UB Conquense con alma emprendedora, decidió abrir un pequeño obrador de patatas fritas en la calle Colón. Aquel negocio, que nació casi como un experimento entre partido y partido, acabaría convirtiéndose en una marca de referencia en Cuenca: La Clementina.
Setenta y cinco años después, su sabor y su forma de trabajar se mantienen fieles a los orígenes. La empresa celebra este aniversario con emoción, agradecimiento y una mirada al futuro, sin olvidar las raíces que la convirtieron en un icono local.
“Estamos muy contentos y emocionados. Este 75 aniversario lo vivimos con ilusión y con nervios, esperando que todo salga bien”, explica Mamen Rolanía, directora administrativa de La Clementina, que lleva más de dos décadas en la empresa.
Acto de celebración del 75º aniversario de La Clementina celebrado el 30 de octubre de 2025 en el Campo de Golf de Villar de Olalla (Cuenca). / Alex M. Simon
Acto de celebración del 75º aniversario de La Clementina celebrado el 30 de octubre de 2025 en el Campo de Golf de Villar de Olalla (Cuenca). / Alex M. Simon
Un aniversario con sabor local
La celebración tendrá lugar el jueves 30 de octubre en el campo de golf de Villar de Olalla, un evento al que asistirán autoridades y representantes institucionales. “Estamos muy agradecidos por el apoyo que estamos recibiendo”, apunta Rolanía.
El aniversario no solo celebra la trayectoria empresarial, sino también la historia humana que hay detrás: la de un joven emprendedor, Luis Clemente, que supo ver en la patata frita un producto con alma, y la de quienes han continuado su legado durante tres cuartos de siglo.
De la calle del Agua al Polígono de Los Palancares
Luis Clemente comenzó friendo patatas en su propia casa, utilizando únicamente tres ingredientes: patata, aceite y sal. Aquel método artesanal, sencillo, pero impecable, se convirtió en la esencia de la marca.
En 1990, tras su jubilación, cedió el testigo a Pedro Sanz y su socio Julián Calvo, quienes habían crecido literalmente entre sacos de patatas. Pedro había empezado a ayudar con apenas 10 años, embolsando patatas los fines de semana en la vieja fábrica de la calle del Agua (hoy calle Fray Luis de León).
Dos años después, decidieron trasladar la producción al Polígono Industrial Los Palancares, lo que supuso un salto cualitativo. “Pasamos de tener dos o tres trabajadores a la plantilla actual, de 17 personas. Todo fue poco a poco, de manera progresiva, sin perder nuestra esencia”, recuerda Rolanía.
Las patatas fritas de La Clementina de Cuenca cumplen 75 años.
Las patatas fritas de La Clementina de Cuenca cumplen 75 años.
La receta de siempre
Si algo define a La Clementina es su fidelidad a la receta original. “Es exactamente igual que hace 75 años. Lo único que ha cambiado es que ahora está más mecanizado, pero los ingredientes son los mismos”, afirma Mamen.
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Las patatas son de variedad agria, procedentes principalmente de municipios conquenses como Mariana, Sotos o Villaconejos de Trabaque, aunque deben recurrir a proveedores de Alicante para cubrir la demanda.
Cada jornada de lunes a viernes, en la fábrica entran 1.000 kilos de patatas crudas, que se fríen con precisión artesanal. “Tenemos a la misma persona friendo desde hace muchos años. Él sabe los tiempos, la temperatura, el punto exacto. Es quien garantiza el sabor de siempre”, explica.
Una expansión progresiva
Hoy, La Clementina no solo vende patatas fritas. Se ha convertido en una distribuidora integral para el sector hostelero y el pequeño comercio en toda la provincia.
“Además de nuestras patatas, distribuimos productos de grandes marcas como Nestlé o Cuétara, café, aperitivos, servilletas, manteles… incluso montamos cafeteras y tenemos mecánicos propios”, detalla Rolanía.
Esa diversificación surgió de manera natural. “Tocábamos bares, supermercados y tiendas de barrio. Vimos que podíamos ofrecerles mucho más, y así lo hicimos. Pero las patatas siguen siendo nuestro corazón”, asegura.
Sabor natural frente a las modas
En un mercado inundado de patatas con sabores artificiales, La Clementina ha optado por mantenerse fiel a su fórmula clásica. “No elaboramos variedades con sabores distintos porque eso implica conservantes y productos artificiales. Nosotros seguimos trabajando de forma natural”, señala Mamen.
Incluso los diferentes colores de sus bolsas, amarillas o blancas, responden a cuestiones prácticas de distribución, no de receta. “Lo que hay dentro es exactamente lo mismo”, aclara.
Una empresa con alma y raíces
A lo largo de estos 75 años, por La Clementina han pasado decenas de trabajadores que han hecho de la empresa su segunda casa. “A nuestros trabajadores les debemos todo. Si no fuera por ellos, esto no habría sido posible. Estamos muy agradecidos y felices de que sientan la empresa como suya”, dice Mamen emocionada.
También hay palabras de gratitud para los conquenses: “Gracias por la confianza que han depositado en nosotros desde hace tantos años. Somos lo que somos por ellos”.
Mirando al futuro, Mamen Rolanía lo tiene claro: “Esperamos seguir aquí, dando servicio y calidad, como lo hemos hecho hasta ahora”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...
