La España que se niega a quedar vacía
Gumiel de Mercado y Tórtoles de Esgueva, en Burgos, son dos ejemplos de aumento y estabilización de población en el medio rural
La España que se niega a quedar vacía
Ribera del Duero
Pedro Gómez y Fernando Delgado son compañeros de fatiga. Los dos son alcaldes las 24 horas del día, a cambio de un salario de cero euros al mes. Se 'comen' marrones, quejas, y problemas de todo tipo, y gran parte de su tiempo lo dedican a sus convecinos, solo por amor a sus pueblos. Ese es precisamente el motor que les mueve, y que les hace estar llenos de orgullo. Porque, aunque se hallen en la denominada España Vaciada y en una comunidad que supura pérdida de población cada año -por no hablar de las nefastas previsiones para las próximas décadas- sus localidades no han perdido vecinos. Incluso los han ganado.
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Uno de cada tres vecinos son inmigrantes
La Ribera del Duero burgalesa parece haberse convertido en una isla demográfica. Pierde población a la larga, pero en los últimos años ha logrado estabilizarla, y la mitad de sus pueblos ganaron habitantes en 2021. Gómez es el alcalde de Gumiel de Mercado, uno de esos buenos ejemplos. En los últimos cinco años ha ganado más de 70 vecinos. El incremento viene dado por la inmigración. "En 2018 había 310 personas censadas, y a 10 de enero de 2023 tenemos 388. El pueblo está destinado a crecer. Tenemos 1.500 hectáreas de viñedo, grandes bodegas... Eso genera mucho trabajo que ha hecho que el pueblo requiera mano de obra. Ha habido un fenómeno migratorio importante. Y es que de los 368 vecinos, 117 son inmigrantes. De ellos 85 son rumanos, 20 marroquíes, 9 búlgaros... Eso habla de cómo se ha creado una sociedad multicultural", explica.
La población inmigrante no solo está muy hecha al pueblo, sino que en su mayoría es joven y con niños. Eso ha permitido que se reabra el colegio, con 17 jóvenes. "Contando con Ventosilla, que es barrio nuestro, tenemos en el pueblo 37 niños de hasta 12 años, y la mayoría es de gente que ha venido a trabajar", apunta, señalando que esta se ubica en todos los sectores. "Está en el campo, en bodega, hostelería, construcción... Pero algunos tienen formación y trabajan como enólogos o técnicos de bodega. Y otros trabajan en Aranda de Duero, en sus grandes industrias", dado que la capital de la comarca es el tercer polo industrial de Castilla y León. El único 'pero' es la vivienda, porque "tendríamos más personas viviendo aquí si tuviéramos más casas, porque estratégicamente estamos muy bien colocados y hay gente que trabaja aquí pero no vive aquí, y estamos tratando de resolverlo".
Un pueblo con trabajo futuro
Tórtoles de Esgueva es otro ejemplo, precisamente de estabilización. Porque aunque el INE refleja una de las mayores caídas poblacionales de la comarca en los últimos años (-52), los datos no estaban bien traspasados cotejándolos con el censo, y realmente han mantenido su población. Incluso la incrementaron levemente. "Los datos de 2017 y 2018 no son reales. En 2020 se depuró el padrón y teníamos 450; en 2022 bajamos un poco a 442, pero en la actualidad, tenemos 446, por lo que hemos subido y a nivel general nos hemos mantenido", explica Delgado, alcalde de la localidad desde 2021. "La bajada no es grande porque hay altas. Las bodegas han permitido mantener población, la residencia de ancianos también, y tenemos buenas perspectivas de cara a futuro", revela.
Y es que en Tórtoles próximamente se instalará un parque eólico, y a mayores existe la gran posibilidad de que una empresa gestione parte del Coto, generando "entre 15 y 20 puestos de trabajo". "Hay gente de Bilbao que ha venido a vivir al pueblo a trabajar en bodegas. Y una familia ucraniana que acogimos y les hemos hecho una casa. Están muy contentos en el pueblo", concluye, esperanzado en que sean muchos más los que decidan irse al pueblo. Allí, quienes vayan, siempre tendrán una gran familia dispuesta a ayudar.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en...