Aranda de Duero

DISFAR se siente decepcionada con equipo de gobierno. Casi siete meses después de la toma de posesión de sus cargos los nuevos responsables políticos del Ayuntamiento no parece que hayan dado ni una sola muestra de cambio a favor de los derechos de las personas con discapacidad. Esa es, al menos, la percepción que tiene la asociación que los defiende y sin pelos en la lengua así lo expresa en un comunicado, donde dice que la ilusión sobre un cambio en lo que se refiere al cumplimiento de las normas de accesibilidad no era más que “un espejismo”.

En este escrito detalla varios aspectos, comenzando por las terrazas hosteleras, que “se han vuelto a hacer dueñas de la calle sin que desde el Ayuntamiento se obligue a los infractores al cumplimiento de la normativa”. Lo mismo ocurre con algunos otros comercios “que invaden con sus mercancías el itinerario peatonal accesible, incluso exponen sus productos en el pavimento táctil direccional con entera impunidad.”

Plazas de aparcamiento

DISFAR se queja también de que siguen sin respetarse las plazas de aparcamiento reservadas a personas con movilidad reducida. En este aspecto, se queja de que “se denunció en su día y se sigue denunciando en la Concejalía de Obras la incorrecta señalización de estas plazas y el incumplimiento de la superficie que marca la normativa”, pero siguen “con la misma contestación que antaño: la callada por respuesta”.

Otro aspecto que denuncia son los incumplimientos de las normas de accesibilidad en las obras en la vía pública, asegurando que no hay ninguna que cumpla con la normativa, mientras responsables políticos y técnicos miran para otro lado.

En cuanto a la apertura de nuevos establecimientos de atención al público, DISFAR afirma que a día de hoy “se siguen dando autorizaciones o no se inspeccionan la apertura de establecimientos comerciales que impiden el paso al interior a personas con movilidad reducida”.

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No escapan e estas críticas las múltiples deficiencias en las calles, con falta de baldosas, “alcorques sin árboles y sin enrasar, bolardos que están fuera de normativa y en lugares que no corresponde, vados peatonales con pendientes inadecuadas, con carencia de pavimento táctil y con cantos vivos en su conexión con la calzada”. En este aspecto no parece haber servido de nada los 40.000 euros que costó a las arcas municipales el Plan General de Accesibilidad.

Las grandes obras

En estas críticas hay un capítulo sobre las grandes obras públicas que se solapan actualmente, señalando deficiencias de accesibilidad en las de la glorieta de Rosales. Habla también del grave perjuicio que supone el retraso de la ejecución de los arreglos del puente Bigar para personas con movilidad reducida y exige al Ayuntamiento que “que emplee en esta actuación la misma celeridad que la utilizada para poner a punto el campo de fútbol J.C. Higuero, y que se utilicen los recursos necesarios y de inmediato para acabar estas obras”. Y respecto a los jardines de Don Diego, detalla que, como en el caso del puente “se está discriminado a las personas con discapacidad visual.”

Concluye DISFAR su proclama diciendo que el nuevo equipo de gobierno “no progresa adecuadamente” y en materia de accesibilidad “merece un Muy Deficiente”, a la vez que pide a los Reyes Magos que “se utilice la mejor herramienta de accesibilidad que dispone el Ayuntamiento de Aranda de Duero: El Plan General de Accesibilidad, y se ejecute con la representación de todas las asociaciones vecinales, no solo con el arbitrio y las buenas intenciones de los funcionarios de turno”.

"A nuestro modo de ver no están haciendo nada que no hayan hecho los otros, no se está produciendo ninguna actuación significativa; esperemos que se replanteen un poco todo esto, porque no está solucionando ni poco ni mucho: a ver si se ponen las pilas", expresa José Luis Moreno, integrante de la asociación.