El Ayuntamiento de Hontangas estudia las medidas que podría adoptar para restablecer la normalidad en el pueblo después de que el hundimiento de una bodega en pleno casco urbano esté ocasionando algunos trastornos. Esta galería subterránea, ubicada en la calle de la Iglesia, se encontraba en un estado deficiente de conservación y ha terminado de ceder como consecuencia de la gran cantidad de agua que ha caído en el último temporal. Se encontraba debajo de una vivienda donde habitaba una familia y el párroco de la localidad, que han tenido que mudarse por precaución. El Ayuntamiento ha tomado la determinación de cortar la calle como medida de seguridad y de interrumpir el suministro de agua en esa zona, una medida que afecta a otra vivienda, varias bodegas y una toma con fines agrícolas. Ahora habrá que ver si los propietarios de la bodega, que son varios, se avienen a arreglarla o, en caso contrario, tendrá que actuar la administración local. “Me estoy asesorando para ver lo que hay que hacer por si el Ayuntamiento decide al final actuar, pero quienes deben hacerlo son los propietarios de la bodega, aunque ya me fastidia bastante tener la calle cortada y gente que está sin agua porque he tenido que cortarla en previsión de males mayores”, explica el alcalde, José Antonio Fernández. Con la mayor parte de ellos ya ha hablado el alcalde, que el jueves tiene previsto mantener una reunión para aclarar las cosas. Mientras tanto, está realizando gestiones con la Diputación para asesorarse sobre los pasos a dar. “Yo acabo de recibir hoy un informe de arquitectura para ver cómo se puede actuar pero la secretaria está mirando la forma legal para hacerlo”, añade el regidor hontangués.