Juan Manuel Guardia Baena: "El colegio es fundamental para la educación nutricional de nuestros hijos"

Madrid

Una alimentación sana y equilibrada es un factor clave para la salud, y es vital cuando hablamos del desarrollo infantil y de la prevención de enfermedades en la edad adulta. Tanto es así, que el ministerio de Consumo está preparando un Real Decreto, que el Gobierno tiene previsto aprobar en la segunda mitad del año, para fomentar que esa buena alimentación empiece ya desde la base, en los comedores escolares, que es donde la mayoría de niños y niñas realiza la principal comida del día durante la mayor parte del año. El objetivo es garantizarles el acceso a una nutrición de calidad, saludable y sostenible, e introducir criterios específicos para la oferta de alimentos y bebidas en los centros educativos.

El texto, que fue sometido a audiencia pública el pasado mes de septiembre, introducía, varios aspectos interesantes, entre ellos: el fomento de la dieta mediterránea, con productos frescos, de temporada y de proximidad; el uso de técnicas de cocina como el horno, el vapor o la plancha, en detrimento de fritos y rebozados; la introducción de al menos un 45% de frutas y verduras en los menús, y un 5% de alimentos de producción ecológica; la reducción de sal y la utilización del aceite de oliva virgen extra para los aliños, y de girasol alto oleico para freír; y la disponibilidad de menús especiales por razones médicas (como alergias o intolerancias), o por razones culturales, religiosas o éticas.

Saber lo que comemos

Para luchar contra la desnutrición, o la malnutrición, es esencial conocer bien qué alimentos nos llevamos a la boca. En Hoy por Hoy Madrid, Juan Manuel Guardia Baena, miembro de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, ha asegurado que debe primar el patrón de la dieta mediterránea, combinada con el ejercicio físico. Ambos factores, ha añadido, son la principal arma para mejorar el estado de salud de los menores.

Según el doctor Guardia Baena, el colegio es fundamental, porque ahí se produce el primer contacto de los menores con la educación nutricional. "Hay que buscar que conozcan las características de los alimentos, e involucrarlos en aspectos tan básicos como la lista de la compra, para que ellos también sean partícipes, que aprendan a hacer una compra equilibrada y saludable, a interpretar el etiquetado y a saber lo que significa cada nutriente, las calorías, los aditivos, etc. Y que sepan cuándo un alimento es procesado y, por tanto, menos recomendable".

Desnutrición y obesidad

Una mala alimentación puede generar diversos problemas relacionados con la salud. El menos frecuente es el de la desnutrición, cuando se produce un déficit nutricional que puede provocar en los niños y niñas alguna enfermedad o problema de crecimiento. El trastorno más común, sin embargo, es el que presenta uno de cada tres menores españoles: la obesidad o el sobrepeso. Y todo ello sin perder de vista a las personas mayores que se encuentran en residencias. En los últimos meses se han multiplicado las denuncias por la mala calidad de los menús en los centros de mayores, teniendo en cuenta que, en sus casos, estamos hablando de personas con enfermedades crónicas o multi patologías para las que resulta vital una alimentación adecuada.

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Hacia comedores saludables

En Madrid, la cooperativa Garúa lleva a cabo iniciativas para promover comedores saludables y sostenibles. Lo hace, entre otras cosas, mediante la formación y sensibilización de familias, educadores y equipos de cocina, y el asesoramiento para mejorar los menús escolares. En Hoy por Hoy Madrid, Abel Esteban, miembro de esta cooperativa, ha admitido que el estado actual de la comida en los comedores escolares madrileños es malo, "porque es habitual encontrarse menús hasta arriba de proteína, incluida mucha carne ultra procesada, y con pocos vegetales y productos integrales, que es justo lo contrario de lo que recomiendan las autoridades sanitarias".

El factor económico es importante. Y, en Madrid, según Abel Esteban, los comedores de los centros públicos se financian exclusivamente con las cuotas que pagan las familias. Unas cuotas que no han subido en seis años. Así que las empresas están teniendo que asumir los costes de los menús con el mismo dinero de hace seis años, al tiempo que afrontan el encarecimiento de los alimentos derivado de la subida de la inflación, o las regulaciones salariales del personal de cocina.

Abel Esteban ha reconocido que la dirección de los centros o las empresas que gestionan los comedores se suelen poner a la defensiva cuando se pide información sobre los menús o se cuestionan algunas de sus prácticas. Según Esteban, "es comprensible, pero hay que ser empáticos y ponernos cada uno en el lugar del otro para remar todos juntos en una misma dirección, que no es otra que mejorar el servicio y la alimentación de los escolares".