Las Olimpiadas populares y antifascistas que no pudieron celebrarse por el Golpe de Estado
Las olimpiadas de Barcelona de 1992, realmente no fueron las primeras en la Ciudad Condal. Pocos conocen la historia de las Olimpiadas Populares que se iban a celebrar ese año y que desafortunadamente no se llevaron a cabo por el golpe de Estado que dio origen a la Guerra Civil. En ellas Madrid desempeñó un papel muy destacado
Las Olimpiadas populares y antifascistas que no pudieron celebrarse por el Golpe de Estado
Madrid
Con el avance de los fascismos en Europa y en vista de lo que se iba a hacer en Berlín en el mes de agosto, las Olimpiadas Populares que ese año de 1936 se iban a celebrar en Barcelona entre los días 19 y 26 de julio, tenían un marcado cariz antifascista. Pero, ay, qué mala suerte, justo un día antes de la inauguración tiene lugar el golpe de estado que acaba dando lugar a la Guerra Civil Española.
A principios de aquel año, el Frente Popular había ganado por poco las elecciones, incluidas Barcelona y Madrid, lo que supuso una llamada a las armas para monárquicos, fascistas, extremistas católicos y terratenientes de la derecha. Con todo, unos 20.000 deportistas y aficionados antifascistas decidieron asistir a los juegos. Curiosamente muchos de los atletas que iban a participar en estos juegos se quedaron en España y se alistaron en el bando republicano para combatir contra el fascismo.
Juegos populares
En la actualidad contamos con olimpiadas entre bomberos o policías en las que se compite a ver quién llega antes corriendo por unas escaleras al piso más alto, cargado con un equipo profesional. Hay campeones mundiales, pero nada tiene que ver con el trasfondo político que se le quería dar en la década de 1930.
Los juegos populares tenían un marcado sentido antifascista. En ellos se quería popularizar también el deporte, algo que en los últimos años solo estaba en las clases más burguesas o adineradas. Se empezaba a ver el deporte como una actividad que implicaba la salud de los participantes. En él también se incluía a la mujer, algo que en los juegos y deportes tradicionales no ocurría. Por el contrario, las mujeres participaban en sus propias disciplinas atléticas dentro de estos juegos populares, plantando la semilla de lo que hoy vemos como algo totalmente normalizado.