Aumentan los insultos racistas en Madrid a los migrantes procedentes de Canarias: "En 24 años, no he visto algo así"

Desde la llegada de personas migrantes a la Comunidad de Madrid no se ha generado ningún problema de seguridad ni incidentes relacionados con ellas. Francisco Garrido, coordinador de CEAR en Madrid, recuerda que quienes llegan a la capital en esta situación lo hacen después de un viaje largo y peligroso que pasa factura. En su mayoría, son jóvenes "que se encuentran asustados y perdidos en ciudades tan grandes como las que tenemos aquí, en Europa".

CEAR acompaña a estas personas en situaciones vulnerables durante sus primeras semanas en la Comunidad: proporcionan asistencia médica, ayudan con las necesidades básicas y escuchan sus historias. Además, detectan si pueden optar a algún tipo de protección internacional. Garrido afirma que estas personas llegan sin nada y que buscan empezar una nueva vida en España.

Los problemas han llegado, por primera vez, por parte de los vecinos de los barrios donde se alojan los recién llegados. Una situación que, desde la organización, han observado con mayor intensidad en las calles de la Comunidad de Madrid. Comentarios e insultos relacionados con la procedencia, el color de piel o la situación económica de estas personas, empapados por discursos de odio.

Son comportamientos que el coordinador de CEAR no se había encontrado en 24 años de experiencia trabajando con personas migrantes vulnerables y solicitantes de protección internacional. "Nos hemos encontrado con comentarios de algunos vecinos del tipo de 'ya nos han traído la basura a nuestro barrio' o 'vienen a esquilmar las arcas públicas'". Recuerda que estas personas vienen buscando una vida mejor que la que tenían en sus países de origen.

Garrido afirma que ha sido un cambio desde la anterior crisis migratoria: "Las personas que tenían tintes racistas no se atrevían a verbalizarlo porque la sociedad desterraba esos comentarios". Son exabruptos que no se habían encontrado anteriormente y que está provocando una sensación de señalamiento en las personas migrantes. Esto ha llevado, dice Garrido, a que algunos de estos migrantes no se hayan atrevido a salir de los albergues o los hostales en los que se les está dando ayuda.

La organización apela a la responsabilidad de los dirigentes de partidos políticos para que pongan coto a esta situación y no alienten discursos de odio y miedo entre la población. "Son comentarios a los que nos estamos acostumbrando y que tachan a estas personas de invasores y de potenciales delincuentes", concluye el coordinador.