La Copa del Mundo de ciclocross prepara ya su cuarta visita a Benidorm
La organización ha visitado los parques de El Moralet y Foietes para inspeccionar la zona y preparar novedades de cara a la cuarta edición
Pascual Momparler junto a los responsables de Flanders Classics en El Moralet / Usuario
Benidorm
Es, sin duda alguna, la gran cita deportiva del invierno no sólo en Benidorm, sino en toda la Costa Blanca y, junto al Benidorm Fest, el gran revulsivo turístico de la antaño temporada baja de la capital turística de la Comunitat Valenciana. La Copa del Mundo de ciclocross cumplirá el próximo mes de enero su cuarta edición en el circuito de El Moralet y Foietes, allí donde ya han triunfado nombres como Mathieu Van der Poel, Wout van Aert, Thibau Nys o Fem Van Empel y donde el ídolo local, Felipe Orts, ha vivido alguna de sus tardes más gloriosas.
Un trazado con identidad propia dentro la docena de pruebas que conforman el calendario más importante de la especialidad invernal del ciclismo. Un trazado mediterráneo, muy distinto a los más típicos de Bélgica y Países Bajos y, a la vez, muy diferenciado de otras sedes alejadas de esos dos países como Dublín, Cabras (cancelada el pasado año por un temporal), Waterloo (Estados Unidos) o Val di Sole por nombrar sólo algunos de los destinos ‘exóticos’ más recientes.
El circuito diseñado en su día por Pascual Momparler, Miguel Ángel Ortega y todo el equipo organizativo de la prueba se ha mantenido siempre fiel a su leitmotiv fundacional, verbigracia, un trazado semiurbano que combina una parte más técnica en el parque de Foietes y otra más forestal en El Moralet y, sobre todo, una propuesta que pone la velocidad en el centro de la propuesta.
Un circuito, en todo caso, que ha ido introduciendo cada año ligeras variaciones que han surgido de la escucha activa que Momparler y su equipo han mantenido siempre hacia los comentarios de los grandes protagonistas del evento, los ciclistas, y los de aquellos a los que va dirigido el espectáculo, el público.
Un trabajo, el de (re)diseño del trazado que comienza muchos meses antes de que llegue el frío a la ciudad de los rascacielos. De hecho, ha sido ahora, a las puertas del verano, cuando una delegación de la empresa organizadora y de Flanders Classics, encargada de la Copa del Mundo por delegación de la Unión Ciclista Internacional (UCI), ha comenzado ya su trabajo de campo de cara a la cuarta edición.
Los organizadores de la carrera están estos días en Benidorm revisando esos dos parques de El Moralet y Foietes y, aunque no han querido concretar ningún detalle respecto a las variaciones que se puedan introducir en 2026, sí han concedido que se están preparando algunos cambios por lo que, una vez más, se esperan sorpresas de cara al duelo invernal.
El sueño mundialista de 2029
Y todo ello, a sólo tres meses de que el próximo mes de septiembre, si se cumplen los plazos previstos, la UCI dé a conocer el nombre de la ciudad que albergará el Mundial de 2029 y al que, como informó el propio alcalde de la ciudad, Toni Pérez, junto a Pascual Momparler el pasado mes de enero, Benidorm ya ha presentado su candidatura.
Por el momento, de hecho, la de la capital turística de la Costa Blanca es la única candidatura conocida para tomar el testigo de Hulst (Países Bajos) en 2026, Ostende (Bélgica) en 2027 y Hoogerheide (Países Bajos) en 2028. Si finalmente la UCI concede el Campeonato del Mundo a Benidorm, será la primera vez que la pelea por el maillot arcoíris vuelva a España tras Getxo, que fue sede mundialista en 1990. Antes, lo habían sido Tolosa (1981 y 1960), Ordizia (1979, aunque en este caso, sólo para la categoría Júnior), Amorebieta (1978), Vera de Bidasoa (1974), Beasain (1966) y Oñati (1953).