Aitana Martos, cooperante en El Salvador: "La realidad del cooperante es una realidad de contrastes"

Valencia

Este lunes se celebra el Día de las Personas Cooperantes, una fecha que sirve para conocer mejor la situación del personal cooperante y de los países donde trabajan. En La Ventana Comunitat Valenciana hemos hablado con Aitana Martos, cooperante valenciana, de Gandia, de 30 años y que lleva dos años en El Salvador, donde trabaja como coordinadora de proyectos en la delegación de FAD Juventud en aquel país.

Martos explica que su labor consiste en redactar proyectos para conseguir financiación para las iniciativas que desarrollan las socias locales. “Los días varían bastante”, cuenta. “Hay días de trabajo más de oficina, de revisión de facturas, de cumplimiento de indicadores, y otros días en los que toca ir a montar un mercadito agroecológico en una comunidad rural”.

Gran parte de su trabajo se realiza con mujeres en situación de vulnerabilidad económica. “Lo que buscamos es que emprendan en este tipo de iniciativas que tienen mucho que ver con la ruralidad y con la agroecología”, señala.

Sobre la imagen del cooperante, Martos reconoce que no siempre se corresponde con la realidad. No siempre se trabaja sobre el terreno: “Hay días muy bonitos de estar en territorio y conocer a personas con las que, de otra manera, quizás no tendría contacto. Pero hay otros días que son de revisión de facturas y hacer Excel. La realidad del cooperante es una realidad de contrastes, igual que nuestro trabajo. Y poder dedicarte a algo que va en la línea de mis ideales, es para mí, muy bonito y que mi trabajo sea ¡conseguir que mujeres tengan una realidad un poco menos dura, me parece precioso".

La situación se complica en El Salvador

El Salvador atraviesa una situación política compleja. Martos lo describe como “un país en el que ahora mismo las ONG no somos la institución preferida del señor presidente”. Menciona la reforma constitucional que permite la reelección presidencial indefinida y la Ley de Agentes Extranjeros, que “de alguna manera nos estigmatiza bastante”.

También habla de las distintas formas de violencia que observa en su día a día: “No es la violencia de pandillas que muchas veces desde Europa se piensa que es la violencia de El Salvador, porque esa realidad ya no existe. Pero hay otras muchas violencias, como no poder acceder a una canasta básica, o la violencia sexual y de género”.

En cuanto a las condiciones laborales, Martos afirma sentirse cuidada. “Siempre hay cosas que se pueden mejorar, por supuesto, pero se ha tenido en cuenta este tipo de situaciones y se intenta que haya una especie de andamiaje que nos ayude a realizar nuestro trabajo”, dice. Destaca especialmente que el seguro médico cubre la terapia: “Poder estar en manos de alguien mientras absorbes y digieres toda la realidad que te rodea, creo que es bien importante”.

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