Varios testigos del caso de la secta de Vistabella afirman que el exalcalde de la Vall d'Alba, Francisco Martínez, visitaba La Chaparra

Este miércoles ha tenido lugar la tercera sesión del juicio conocido como el de la secta de Vistabella. Se trata de un procedimiento judicial en el que se juzga a seis personas, cinco mujeres y un hombre, acusados de nueve delitos de abuso sexual, seis de ellos cometidos sobre menores de edad, y un delito de asociación ilícita. Tres de estos testigos han relatado durante esta sesión haber sufrido de primera mano abusos sexuales bajo pretextos sanadores mientras vivían en la comunidad.

Los cinco testigos que en la mañana de este miércoles han pasado por los juzgados, han ido relatando cómo vivieron su experiencia tanto en La Chaparra como en “la casa del pantano”, ubicación previa de esta comunidad. Los testigos señalan al líder ya fallecido y conocido como el Tío Toni, como el principal responsable de estas prácticas, aunque también se ha nombrado a varios de los seis acusados como personas que participaban o conocían estas prácticas sexuales en las que había involucrados menores de edad.

Cuándo los testigos han hablado de la jerarquía y los trabajos que allí se realizaban, tanto fuera como dentro de la comunidad, dos de ellos han coincidido en que una de las acusadas limpiaba la casa del ahora exalcalde de la Vall d'Alba Francisco Martínez. Además, también han señalado que Francisco Martínez visitaba la masía La Chaparra, donde convivían los miembros de la comunidad, para ver a Toni.

Prácticas sexuales bajo pretextos sanadores

Tres de las testigos que han pasado por el juzgado este miércoles han afirmado haber mantenido relaciones sexuales con el líder de la comunidad bajo un pretexto sanador y también del de “dar luz al Mundo”. Afirmando que existían algunas prácticas grupales, en las que en alguna ocasión participó una menor.

Una de las testigos, madre de dos hijas que siendo menores se vieron envueltas en estas prácticas sexuales con el líder de la comunidad, afirmaba no conocer lo que ocurría con los menores, "Toni los trataba como sus hijos, no lo podíamos imaginar", ha añadido. Las testigos coincidían además, en que Tío Toni consideraba que las niñas dejaban de serlo cuando les bajaba la regla y es ahí cuándo comenzaban esas prácticas de carácter sexual – entre los 13 y 15 años según se ha ido conociendo en los testimonios hasta el momento – y siempre bajo el pretexto de que tenían “los ovarios negros” y debían sanar para poder llegar a se madres.

Testigos desconocían los hechos

Todos los testigos coinciden en que han sido conscientes de que estas prácticas con menores existían una vez han abandonado la comunidad y han hablado entre ellos de sus vivencias allí dentro. Además, las víctimas directas de estas prácticas, señalan haber "normalizado una vida que no era normal" y que fueron conscientes de la gravedad de la situación cuando abandonaron La Chaparra.