Libertad para todos, aunque no todos los comerciantes puedan ejercerla. Los grandes, sin duda, pero no los más pequeños, que no disponen ni del personal ni de los recursos suficientes. Madrid, que ya era la región más permisiva en cuanto a aperturas comerciales, se acoge al techo máximo permitiendo abrir las 24 horas del día. La normativa incluye, además, la eliminación de todas las licencias que eran necesarias para iniciar una actividad comercial. Los comercios de menos de 300 metros cuadrados ya podían abrir sin necesidad de esta ley que impulsa en solitario el PP. Esperanza Aguirre, de paso, consigue adelantarse de nuevo a Mariano Rajoy imponiendo barra libre en los horarios comerciales. «La ley no obliga a nadie a abrir y permite a los comercios decidir cúando y cómo abrir», decía la presidenta regional, Esperanza Aguirre en pleno cuando se aprobó la medida. En la misma línea se pronunciaba el consejero de Economía, Pércival Manglano, que visitaba hoy el centro comercial de La Vaguada para vender las bondades de la nueva ley. La oposición, en cambio, rechaza en bloque esta liberalización, por entender que es una «ley ideológica», que perjudica a todos y que tiene más incovenientes que ventajas. Una apertura indiscriminada que supone un encarecimiento de los costes que al final pagamos todos, señala la socialista Paz Martín. Para Antero Ruiz, de IU «quien se beneficia de ésto son las grandes superficies». Luis de Velasco cree que no es una oportunidad porque en los últimos doce meses hemos visto la caída del consumo y las grandes superficies tendrán muchas ventajas frente al comercio de proximidad. Las asociaciones de consumidores también se muestran divididos. Facua rechaza la liberalización porque considera que la medida fomentará, entre otras cosas, el consumismo. La Ocu dice, sin embargo, que lo mejor para los consumidores es poder comprar cuando quieran y como quieran. Se da la circunstancia además de que en las llamadas zonas de gran afluencia turística, que son 82 en toda la región, ya se podía abrir todos los domingos del año. Madrid, por tanto, vuelve a convertirse en la sala de experimentos, en este caso comerciales, del Partido Popular. Esperanza Aguirre otra vez como avanzadilla de lo que irá llegando al resto de España