El reencuentro en el banquillo
Los acusados del caso Nóos vuelven al banquillo tres meses después
Palma de Mallorca
El banquillo de los acusados es la viva estampa de un reencuentro entre amigos. Los 17 acusados se saludan entre sí. Cordialidad en el saludo, frases genéricas: “¿Cómo has estado?”, “Esto ya se acaba”. Sonrisas y algunas risas. Miradas cómplices.
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Momento que se ha producido cuando entraban en la sala, la infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarin, los últimos en ocupar el banquillo. Lugar al que regresan tres meses después de sus interrogatorios.
Tras los saludos iniciales, la infanta adopta su postura habitual. Gesto serio, espalda recta, manos sobre las rodillas. Asiente con la cabeza ante los comentarios de sus vecinos en el banquillo, el asesor fiscal Salvador Trinxet y la mujer de Torres, Ana María Tejeiro.
El exsocio de Urdangarin, Diego Torres, ha sido el primero en llegar a la sala. Entraba y salía con frecuencia, acompañado en todo momento de su mujer y de su inseparable maletín. En algún momento el matrimonio abandonaba la sala cogidos de la mano.
A continuación accedían a la sala los acusados dentro de la trama balear. El abogado de Jaume Matas ha hecho de anfitrión. Abrazos y golpes en la espalda en la entrada de la sala. Un expresident, Jaume Matas, especialmente cordial con los medios, defensa y acusados. Accedía a la sala sonriente y charlando con su abogado.
Entran los medios gráficos en la sala
Momento incómodo para la infanta que intenta una media sonrisa, pero recurre de inmediato a la seriedad más absoluta. Mirada perdida frente a los objetivos.
Se inicia la sesión y regresa su postura estática, sin expresión. Sin estridencias, como su vestimenta. La infanta ha elegido el gris, el beige y el blanco para regresar al banquillo.