Bebidas de reyes y crisis de todos

Fuenlabrada

Expliquemos primero el titular de esta noticia: una salvilla es una bandeja con pie, utilizada para hacer “la salva”, o lo que es lo mismo, servir y presentar las bebidas. “El fin último era evitar que, tanto las personas que recibían las bebidas, como el mantel, se pudieran manchar si se había derramado líquido fuera de los recipientes al servirlo y también hacer que las manos del sirviente y el señor no se tocarán”, explica el arqueólogo Saúl Pérez-Juana. Ésta, encontrada en las cercanías del Palacio Real y probablemente perteneciente al viejo alcázar de los Austrias, pudo pertenecer al propio servicio de los reyes Habsburgo.

Pero, ¿qué tiene ver esto con la crisis?. Responde el arqueólogo. “Durante el siglo XVII, debido a una Pragmática, publicada en 1601 por orden del Duque de Lerma, tanto la nobleza como el clero tuvieron que enviar sus vajillas de metales preciosos a la Ceca Real para convertirlas en metal amonedado”. El motivo fue la interrupción de la llegada de oro y plata de América y por ello se fundieron los elementos de metal y se fabricaron nuevos en cerámica, como es el caso de esta que se expone en el Museo Arqueológico Regional. “El Rey en primer lugar, y después toda la nobleza, tanto la seglar como la religiosa, se fijaron en la producción cerámica de Talavera, y sus mesas se fueron llenando de vajillas fabricadas en esa ciudad”.

En este caso está decorada con un ave zancuda, bien una garza, bien una cigüeña negra, dentro de un paisaje representado por vegetales esquematizados. “Todos estamos más que familiarizados con una salvilla, en este caso de plata, mediante la cual María Agustina Sarmiento está ofreciendo un búcaro a la infanta Margarita, en la escena central de “Las Meninas”, de Velázquez”, nos recuerda Pérez-Juana.