El EPPK asume el principio de realidad a medias

Bilbao

El EPPK, el colectivo de presos políticos vascos, está intentando meter en las cárceles el documento que renueva su linea de actuación. Un paso más en la linea marcada hace tres años, de aceptación de vías legales. Ahora, si lo aprueban los presos, más divididos que nunca, el colectivo dará cobertura a todo el que solicite beneficios penitenciarios.

Actualmente el 90% de los presos del colectivo, 370 según Etxerat que no computa a los de Nanclares, están en primer grado. Y buena parte de la culpa la tiene la propia ETA. Durante décadas, reconoce en el comunicado, la consigna fue la resistencia y todo lo que ahora se permite era considerado una traición. Acuérdense de Yoyes.

Ahora, el EPPK asume el principio de realidad, pero a medias, porque permite a los presos acogerse a beneficios, con dos límites: el arrepentimiento y la delación, que son, con otras palabras, los requisitos que exige la ley para hacerlo: romper con la banda, pedir perdón a sus víctimas, colaborar con la Justicia y pagar la responsabilidad civil de sus atentados. Esto dice la ley. Y negarlo es hacerse trampas en el solitario.

A partir de aquí, que empiece el debate.