‘La brecha salarial’

La Línea de la Concepción

La decisión pionera de Islandia de acabar por ley con la brecha salarial entre hombres y mujeres ha puesto de manifiesto un enorme problema global que, al igual que ocurriera a raíz del escándalo de abusos sexuales en la meca de Hollywood, se ha situado en el epicentro del debate y que pide a gritos el final de una discriminación, una más, por cuestión de género.

Desde el 1 de enero, las empresas islandesas con más de 25 trabajadores deben demostrar que hombres y mujeres cobran el mismo sueldo por el mismo trabajo realizado. Si no lo hacen, se enfrentarán a sanciones económicas.

Desde entonces, las denuncias públicas en este sentido no han parado. Especialmente llamativa ha sido la de BBC Women, un grupo de 170 mujeres que representa a las periodistas y productoras de la emisora británica y que ha denunciado que en puestos equiparables sus sueldos son inferiores al de los hombres.

Aunque todos los casos de discriminación son igualmente graves, cabe preguntarse cómo será la brecha salarial en entornos más modestos.

Según Eurostat, en el terreno profesional es donde existen las mayores diferencias entre sexos. A pesar de que las mujeres alcanzan mayor nivel educativo que los hombres no ven recompensado de la misma forma su cualificación a sus puestos y salarios. En la UE en 2015, al comparar el salario medio bruto por hora, las mujeres ganaron un 16,3% menos que los hombres. De media, las mujeres ganaron menos que los hombres en todos los Estados miembros, sin embargo, esta brecha salarial varía por países. En España se sitúa en un 15%.

Además, los hombres generalmente ocupan posiciones más altas que las mujeres: solo un tercio (33%) de los directivos de la UE en 2016 eran mujeres.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se retractó ayer de unas desafortunadas declaraciones en las que afirmó que en esto de la brecha salarial es mejor no meterse. Creo que pocas preguntas de un periodista pueden tener una respuesta más sencilla para un político. Pero ya sabemos cómo es Mariano. Como decía, ayer se retractó, pero eso es sólo papel mojado.

Los grandes partidos quieren seguir el ejemplo islandés y perfilan iniciativas con auditorías y castigos a las empresas que discriminen a las mujeres en el trabajo. Prevén que 2018 sea un año decisivo para atajar este problema. Esperemos que así sea.