En la profundidad del bosque de A Fervenza, en O Corgo, una majestuosa fraga con robles de más de 300 años de edad, se encuentra la casa rural Fervenza Restaurante, que dispone también de un interesante conjunto etnográfico. Esta Casa Grande, antigua morada de molinero del siglo XVIII, conserva hoy un molino de finales del siglo XIX, y hasta aquí se llegaba a menudo cruzando el río a bordo de los tradicionales batuxos. En este privilegiado enclave, hace más de 20 años surgió un restaurante que desde entonces puede presumir de acercarse a los platos de la cocina tradicional pero por el camino de la innovación y la vanguardia. Con esa premisa, aquí se elaboran platos como el Capón de Vilalba, cocinado durante 18 horas a baja temperatura para proporcionarle un sabor y textura inigualables, los Crujientes de Chantarela y Boletus Edulis (uno de los platos ineludibles en el otoño del bosque de A Fervenza) o la tradicional Empanada, siempre demandada por sus clientes y hecha con harina de trigo del país, que está presente en la carta desde la puesta en marcha del restaurante. Mención aparte merece también otro destacadado plato elaborado con ingredientes puramente autóctonos: la Fabada Gallega, elaborada con fabas de Lourenzá y Porco Celta. Norman Pérez, el propietario de Fervenza Restaurante, se siente tan orgulloso de su cocina como del entorno que la rodea, un soberbio bosque que sirve con frecuencia de escenario fotográfico para bodas y otros eventos que se celebran en un gran comedor con capacidad para 250 comensales. El bosque cuenta con alisos catalogados entre los más grandes de la península ibérica y forma parte de las zonas de máxima protección de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño. Norman sugiere caminar para aunar comida y entorno, y dependiendo del interés que tengamos en la caminata nos propone dos opciones: un paseo posterior a la comida por las inmediaciones, o bien una gran ruta de más de tres horas desde Lugo para, una vez transcurrida la comida, volver en un económico servicio de taxi que el restaurante puede poner al servicio de los comensales. A Fervenza constituye un paréntesis en el tiempo, el fiel reflejo de un modo de vida ancestral que se mantuvo intacto hasta la segunda mitad del siglo pasado. El Restaurante se encuentra en la carretera Lugo - Páramo, en el kilómetro 11.