Misterios y peculiaridades de las exclamaciones y los interrogantes
El castellano, al contrario de muchos idiomas, exige abrir una interrogación con un símbolo

Los signos de interrogación plantean cuestiones y preguntas frecuentes / Getty Images

Fuenlabrada
Tras dos semanas hablando de los signos de puntuación, hoy cerramos este capítulo con unos protagonistas muy curiosos: los signos de exclamación e interrogación. Junto a nuestro profesor de Lengua, Alfredo Tarazaga, descubrimos los misterios y peculiaridades de estos pequeños amigos.
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Espacio de lengua: misterios y peculiaridades de las exclamaciones y los interrogantes
Por ejemplo, que los podemos combinar sin problema. Es decir, que en una frase que es tan exclamativa como interrogativa, podemos y debemos poner los dos, como en ‘¡¿Qué me estás contando?!’. Incluso podríamos optar por, en lugar de cuatro, escribir sólo un signo de cada tipo: ‘¿Qué me estás contando!’. Pero, eso sí, debemos guardar siempre el orden, y no poner ‘¡¿Qué me dices!?’ o ‘¿¡Qué me dices?!’, sino que abramos y cerremos la oración con el mismo.
También reflexionamos sobre por qué el castellano, al contrario de muchos otros idiomas, exige los signos de apertura ‘¿’ y ‘¡’. La respuesta es que si bien otras lenguas tienen mecanismos para saber que empezamos una interrogativa (con el cambio de lugar entre el sujeto y el verbo), en castellano sólo tenemos los signos de puntuación para expresarlo.
Por último hablamos de la maldita coma que separa un sujeto de su verbo y que nunca debería existir, como en ‘Yo, creo que no estás bien’. A no ser, claro, que haya una explicación que pertenece al propio sujeto y que sí va separada por comas, como ‘Yo, que te aprecio, creo que no estás bien’.

David Callejo
David Callejo Caballero. Editor y presentador de Hora 14 Madrid Sur, es redactor de Cadena SER Madrid...




