Miles de personas se han manifestado en la plaza de Nelson Mandela y otras calles del barrio madrileño de Lavapiés para pedir justicia por la muerte del mantero senegalés Mame Mbaye de un infarto en la calle del Oso y los posteriores disturbios. El Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid convocó la concentración y fue autorizada por la Delegación del Gobierno en Madrid. Las protestas están también apoyada por otros colectivos como SOS Racismo. La protesta, que ha comenzado a las 18.00 horas en esa plaza, se ha desarrollado sin incidentes al menos hasta las 19.45 horas, momento en el que los manifestantes han guardado un minuto de silencio por la muerte del senegalés, que ha concluido con fuertes aplausos por todos los asistentes. Inmigrantes y españoles han protestado por las calles del barrio madrileño, ante un fuerte dispositivo policial, apoyado por un helicóptero, que solo en la plaza de Lavapiés estaba formado por una docena de furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los antidisturbios. En la plaza de Nelson Mandela varios compañeros del fallecido se han dirigido con un megáfono a los concentrados para pedir «libertad y legalidad» y el cese de la violencia contra los inmigrantes. Además, han insistido en que a su compatriota Mame «no le pasaba nada» y le mataron «sin razón». Una mujer también ha leído unas palabras de Nelson Mandela tras las cuales ha pedido a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que «haga lo correcto». «Ningún ser humano es ilegal», «policía asesina», «detenidos libertad», «papeles para todos» o «no son muertes, son asesinatos», han sido algunas de las consignas más coreadas durante la protesta. «Contra sus crímenes, queremos justicia», «sobrevivir no es delito», «justicia Mame Mbaye» también se podían leer en algunas de las pancartas que portaban los asistentes. Mbaye tenía 35 años. Llego a España en cayuco desde su pequeño pueblo al oeste de Senegal. Llevaba trece años en nuestro país y no tenía papeles. Intentó dos veces regularizar su situación pero las dos veces las autoridades le denegaron el permiso. La razón: tenía multas y antecedentes por vender ilegalmente en la calle. Porque con la reforma del Código Penal del PP, el top manta es delito castigado con penas de prisión de hasta dos años de cárcel. Mbaye vendía bolsos, zapatos, abanicos, bufandas, gorros. Y se sacaba como mucho, como dicen ellos, diez o quince pavos al día. Su vida en Madrid consistía en sobrevivir. Compartía piso con otros manteros en Lavapiés. Los que lo conocieron cuentan que era un buen amigo. Su sueño: regresar a Senegal. Hace dos años murieron sus padres. No los volvió a ver desde que los dejó buscando una vida mejor.