Un exjefe de Urbanismo acusa a Teresa Porras de pedirle que mirara "para otro lado" con Villas del Arenal

Málaga

Demoledor relato el pergeñado hoy por los comparecientes en la comisión de investigación sobre los expedientes de infracción que caducaron o prescribieron en la Gerencia Municipal de Urbanismo entre 2006 y 2016.

La sesión se ha centrado en los 115 expedientes de infracción abiertos en Villas del Arenas durante 2013, urbanización en la que se detectaron pérgolas y cerramientos de garajes sin permiso.

El testimonio de los dos exjefes del departamento de Disciplina Urbanística ha incidido en las “injerencias” políticas, “presiones”, e incluso “represalias” para frenar esos expedientes hasta culminar en una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para legalizar la situación. Los responsables de infracciones en la Gerencia fueron apartados para dar paso a un “equipo B” que se dedicó a tramitar los expedientes, añaden los comparecientes.

Un caso considerado una “pesadilla” y un “disparate” por el exjefe de sección de Infracciones Urbanísticas, Alberto Íñiguez, que desencadenó en “el cambio radical de jefaturas” con el cese de siete cargos.

Íñiguez ha acusado a la concejala del distrito, Teresa Porras, de indicarle en una reunión que “había que mirar para otro lado” con esos expedientes. El técnico no accedió y luego, según su relato, llegaron los ceses como una “represalia política” por hacer su trabajo.

De hecho, se le vetó el acceso informático a los expedientes y se prohibió a los inspectores ir a la barriada sin avisar previamente al director del distrito, Alberto Díaz, hombre de confianza de Porras. “Lo que yo digo es que a los expediente de Arenal se les aplicaron otros criterios favorables que no se estaban aplicando a otros expedientes”, explicó Íñiguez, que ha llegado a afirmar que “eso pasa en otro distrito y no ocurre”

En la misma línea ha ido la comparecencia de la exjefa de Disciplina Urbanística del ayuntamiento de Málaga, Teresa Domingo, que se reafirma en que fue cesada por no querer prevaricar y pone el foco en el concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, y el gerente de Urbanismo, José Cardador: “No me dijeron prevarica, si no que eran sus actos y sus órdenes con las que pretendían que yo prevaricara”. Incluso, relata los “requerimientos continuos” que recibió para modificar el PGOU con objeto de que “no computaran los porches y terrazas” de Villas del Arenal, todo con el fin de “legalizar las infracciones urbanísticas ya detectadas”.

“Lo que querían era un urbanismo a la carta”, sostiene Domingo, que en este caso indica que fue el gerente de Urbanismo el que le pidió si podía “mirar para otro lado y dejar prescribir las infracciones”.

Pero el alcalde de Málaga no era ajeno a lo que ocurría en la Gerencia, según sostiene Domingo, que afirma que puso en conocimiento "de todo" a Francisco de la Torre en una reunión el 1 de julio de 2014 durante una hora y cuarenta minutos: “Le dije al alcalde que Pomares y Cardador me estaban exigiendo cruzar una línea que jamás iba a cruzar, que era la línea de la legalidad. Y le pedí expresamente que no me pidiera cruzar esa línea, porque yo no la iba a cruzar”.

Y si Íñiguez circunscribía las injerencias políticas al caso de Villas del Arenal, Domingo asegura que esa fue “la gota que colmó el vaso”, pero que hubo injerencias en “todos los expedientes” y fueron “de forma progresiva”.

Una comisión en la que el alcalde ha rechazado comparecer argumentando problemas de agenda y falta de información; el regidor ha delegado en el gerente de Urbanismo, José Cardador, al que los miembros de la oposición han rehusado hacer preguntas.

Durante el tiempo que le ha brindado el concejal Pomares, Cardador ha acusado a su vez al equipo de Teresa Domingo de haber podido incurrir en una “prevaricación activa” en el caso de Villas del Arenal porque asegura que “hubo una ofuscación con esos expedientes” mientras que los otros “no se tramitaban”, cuando había 8.489 expedientes vivos.