Comienzan las exhumaciones de víctimas del Franquismo, 80 años después

Córdoba

“Primero la ciencia”. Lo decía este mediodía en Hoy por Hoy Córdoba el historiador Francisco Moreno Gómez, que ha dedicado su vida a investigar los crímenes de la guerra y la represión en la provincia de Córdoba. Y la ciencia, los datos, relatan un genocidio.

“En Córdoba la guerra se llevó por delante un mínimo de 11.582 personas”. Moreno Gómez no redondea y ajusta sus palabras a los 40 años que ha pasado investigando lo ocurrido, consultando primero el Registro Civil, los libros de los cementerios y otras fuentes. Libros con hojas arrancadas, volúmenes perdidos, y los propios procedimientos viciados: “todos los investigadores hemos llegado a la conclusión de que en los registros civiles solo se inscribe un tercio de las víctimas, quedan dos tercios sin inscribir”.

De esa investigación, Moreno Gómez concluye que en los cementerios de La Salud y San Rafael” fueron fusiladas más de 4.629 personas. A eso hay que sumar los 756 muertos “de hambre” de la cárcel. Esgrime un documento de la Cruz Roja de mediados de 1938 en el que se constaba ya la muerte violenta de 3.495 personas en Córdoba. Las fuentes son más fiables en la posguerra, al quedar constancia de los “consejos de guerra”.

La investigación de Moreno Gómez y otros historiadores ha supuesto un esfuerzo imprescindible para llegar al momento vivido hoy en el cementerio: tras 82 años de espera han comenzado los trabajos de exhumación de las víctimas.

La exhumación de las víctimas enterradas en las fosas comunes de Córdoba ha comenzado tras un acto público en el que han intervenido la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, la delegada del gobierno andaluz en funciones, Esther Ruiz y Elena Vera, técnica que coordinará las actuaciones en el campo santo. Ante la incertidumbre generada por las propuestas acordadas por PP y VOX para gobernar Andalucía entre las que se encuentra la derogación de la Ley Andaluza de Memoria Democrática, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, ha anunciado que solicitarán al gobierno central que suscriba “un acuerdo que garantice las actuaciones en marcha, para exhumar e identificar a las víctimas de la represión”.

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Las declaraciones institucionales han precedido al acto más esperado por los familiares. Aunque hacía años que sabían que sus víctimas podrían estar enterradas allí, hoy tenían todos los permisos para tomar una azada y quebrar la tierra. Ha sido solo un acto simbólico, pero mañana comenzarán los trabajos técnicos a cargo de los profesionales. Juan Manuel Guijo, uno de los coordinadores de la excavación, pide que se ponga el foco en los familiares, por la singularidad de enfrentarse a un proceso de exhumación en el que los hijos de los asesinados, en algunos casos, aún viven.

La emoción y la satisfacción inundaban el espacio en torno al cual se arremolinaban los representantes de las familias, los colectivos memorialistas y los medios de comunicación.

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Pero también sobrevolaba el ambiente la duda sobre el futuro. ¿Qué pasará si se corta el grifo de la financiación para estos trabajos? Antonio Deza, presidente de la Asociación Dejadnos Llorar confía en el grado de madurez de nuestra democracia para que no se consienta. Juan Manuel Guijo, entiende que “se puede hacer mucho a partir de las instituciones locales y provinciales” y apuesta por ser “honesto con los familiares, no crearles falsas esperanzas de ninguna manera”.

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“El golpe ya empezó con el negacionismo”, recuerda Moreno Gómez. “Hoy en España ocurre un fenómeno que es una marcha atrás, una regresión. Que ahora el negacionismo llegue a las instituciones regionales es inmoral y carente de rigor científico”, afirmaba en una conversación a la que hemos sumado también a la directora del Archivo Municipal, Ana Verdú, y a Rafael Morales, uno de los principales investigadores de este centro en esta materia.

La primera periodista asesinada en conflicto bélico yace en esta fosa.

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Antonio Chao tiene un programa en Radio France, y ha venido a elaborar un reportaje sobre el trabajo de memoria que se está realizando en Córdoba. El enganche para estos periodistas es la historia de Renée Lafont, la primera periodista asesinada en un conflicto bélico, fusilada el 1 de septiembre de 1936 en el Cementerio de La Salud. Lafont podría estar enterrada en el Cuadro de San Ramón.

La biografía de esta periodista, escrita por Pablo Pérez Espino, relata como Lafont fue detenida en la mañana del 29 de agosto del año 1936, en la zona de Las Cumbres, se le consideró una espía. Constan informaciones al respecto en el periódico Guión del martes 1 de septiembre de 1936 y al día siguiente, en La Voz, agregando que “en el bolsillo llevaba un alfiler con una hoz y un martillo. Por otros documentos que guardaba se vio que pertenecía a la célula 424 de Paris. Fue sometida al Tribunal Militar correspondiente que la juzgó y sentenció”. Lafont viajaba en un coche, un Studebakersque tras serle incautado pasaría a ser el coche empleado por comandante militar Ciriaco Cascajo en actos oficiales. La inscripción de su muerte en el registro no llegó hasta más de dos meses después y en ella “no se hace mención al origen de las heridas, ni a la hora y el lugar de óbito, así como tampoco se conoce el cementerio donde se inhumaron los restos, algo que sí constó en registro en el caso de otras muchas víctimas, lo que conduce el pensamiento hacia la intencionalidad de ocultar los restos mortales de la periodista francesa”. La prensa francesa se hizo eco de su muerte un mes después, con un alcance “huero, tardío, fútil y sucinto” según el relato de Pablo Pérez.