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A Boca Llena

Bueno, bonito, barato y con espinas

Arturo, El Cuco, Taberna Jerez y Fito, cuatro formas distintas de disfrutar en Jerez de un buen pescado a un precio razonable

Surtido de pescaíto frito en la Taberna Jerez / A Boca Llena

Jerez de la Frontera

Si vive en Jerez no debería quejarse porque hayan terminado las vacaciones. Aunque no somos localidad costera, puede usted considerarse la envidia de los miles de veraneantes que acaban de regresar a sus ciudades de interior y que darían cualquier cosa por meterle mano ahora mismo a unas acedías, unas puntillitas o una pescadilla frita del muelle de Cádiz.

Aquí nunca tuvimos malos puestos en la plaza de abastos y siempre hubo buenos freidores donde elegir un papelón de pescado como Dios manda. Desde los clásicos de el Arco de Santiago o la freiduría gallega El Jerezano de la calle Arcos, pasando por el más reciente, El Anticuario de la calle Amberes.

Los maravillosos tomates aliñados del bar Arturo / A Boca Llena

Esta semana queremos proponerles cuatro alternativas de confianza. Porque a pesar de que julio y agosto quedaron atrás y nos está ya doliendo el bolsillo con la vuelta al cole, es posible aún salir de casa y comer bueno, bonito, barato y con espinas. Cuatro buenas opciones que bien podrían ser algunas más, diferentes cada una de las otras, pero con un denominador común, un precio muy ajustado para disfrutar de los manjares que nos ofrece el mar. Vamos allá.

Comenzaremos nuestra ruta por el indiscutible "rey del pescaíto frito" en Jerez. El bar Arturo es garantía siempre. Imposible encontrar mejor género a menor precio. No está en un lugar de paso, no es fácil aparcar, no reservan mesa y lo más probable es que tenga que esperar un buen rato en la barra antes de poder sentarse. Pero no se lo pierda porque seguro que la experiencia merecerá la pena. Empiece por unos tomates aliñados de ensueño (el gazpacho, que era el mejor de Jerez, ya no lo hacen), siga con unas gambas blancas o unos langostinos recién cocidos, su pescado frito favorito, unas huevas a la plancha y un pescado de cuchilla fresco, un lomo de corvina o una lubina para compartir. No se podrá creer el precio final.

Lomo de corvina a la plancha del bar Arturo / A Boca Llena

De ahí a una de las sensaciones de estos últimos años. En la avenida Ingeniero Ángel Mayo, antigua de León de Carranza, está el Bar El Cuco. Cuenta con una completísima carta, pero no pierda el tiempo y atienda directamente al pescado. Si acaso, unos pimientos de Padrón fritos para acompañar a un excelente gallo y unos deliciosos calamares a la plancha. Tampoco se equivocará con ninguno de los géneros que tan bien trabajan. Local de una limpieza impoluta, con una buena carta de vinos y un precio muy asequible. Normal que no pase nunca de moda.

De ahí hasta el centro mismo de Jerez. Porque la plaza del Arenal, ese salón al aire libre en el que hasta hace bien poco demandábamos terrazas de calidad, cuenta desde hace más de un año con un establecimiento que ha acabado con ese déficit. La Taberna Jerez (antes Taberna Arenal) ha sido una bocanada de aire fresco para nuestra plaza principal. Su barra es de muchos quilates, con productos frescos de los que puede disfrutar en tapas generosas o medias raciones. En su salón interior, decorados con motivos bodegueros y alusivos al vino de Jerez, las mesas suelen estar muy cotizadas. Si el tiempo y los inevitables pedigüeños nos lo permiten, la terraza exterior está también muy agradable.

Calamares a la plancha del bar El Cuco / A Boca Llena

Empiece por un picadillo de corvina de auténtica categoría, aunque mi buen amigo Álvaro Moreno recomienda también las zanahorias aliñadas. No deje de probar los huevos de choco a la plancha o al amontillado y las huevas de bacalao a la plancha. Tampoco desmerece el pescaíto frito (un surtido por ejemplo con acedías, salmonetes, boquerones, puntillitas y chocos). Si prefiere algo más ligero, el morrillo de atún a la sal será un acierto.

Del cuarteto que hemos elegido es el Fito, de largo, el menos conocido. Me lo recomendó mi primo Rafa, experto en descubrir garitos desconocidos para la gran mayoría. El propio Fito, después de ir a visitarlo, me había pedido que mantuviera la referencia a su negocio embargada durante tres meses mientras le daba los últimos retoques al local, una nave perdida en el abandonado Polígono del Portal que poco tiene que ver ya con la que cayó en sus manos a principios de este 2019.

El Fito podríamos definirlo como peculiar, singular, llamativo y en cierta forma friki. Pero lo cierto es que el pescado que podemos encontrar allí es muy interesante, además de baratísimo.

Interior del Fito con el género recién llegado / A Boca Llena

Fito es Adolfo Sánchez Saborido, y es miembro de la familia que regentaba la desaparecida Venta Adolfo, en Cuatro Caminos, donde más de medio Jerez dobló alguna vez la rodilla con las claritas del día ante un mollete con jamón o con chicharrones. En 1992, Adolfo padre compró la nave y durante más de veinte años dio cincuenta y tantos menús diarios a muy buen precio. En 2014 el patriarca salió mal parado después de sufrir un atraco y lo acabó dejando después de toda una vida.

El Fito no es exactamente una venta. En el establecimiento suele haber actuaciones con música electrónica (el propio Fito es un virtuoso en la materia), por las noches se convierte en chill out y el día de mi visita suena en el equipo de sonido algo de Bob Marley.

Huevos de choco al amontillado de la Taberna Jerez / A Boca Llena

No hay manteles ni platos, la bebida se la sirve cada cuál de la nevera y lo que ha entrado del día está escrito con rotulador grueso de color negro en uno de los papeles de estraza donde sirven también el género.

Fito se maneja bien en las lonjas de Sanlúcar, Chipiona, Rota, El Puerto y Conil. Cuando tiene el expositor lleno es una delicia verlo todo ordenado y fresco como si de un bodegón de Caravaggio se tratara. Él está solo para todo. Es como el Maty, pero con más metros cuadrados y más mesas que atender. Le ayuda su hermano Samuel, pero no quieren disponer de más personal porque eso les obligaría a subir los precios.

Media ración de gallo empanado del bar El Cuco / A Boca Llena

Nos van trayendo papelones con cañaíllas, caracoles de mar burgaos, otro con quisquillas y galeras, y otro más con un choco entero frito que me recuerda a los "ovnis" de la peña bética de Sanlúcar. Fito también le mete mano a los guisos, con gambas y pulpo al ajillo, atún encebollado y vieiras con gambas. Pero lo que más me convence es una pescadilla frita de Cádiz que es una bendición.    

Podríamos seguir con más ejemplos, porque haberlos haylos. Jerez, en segunda línea del mar, está lo suficientemente cerca de la costa para disfrutar durante todo el año de una oferta gastronómica de pescados y mariscos con los que otros no se reencontrarán antes de un año. Aprovechen.

 
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