¿Una era de cambio o un cambio de era?

Alicante

Los dos grandes retos que tenemos por delante son el medioambiental y el tecnológico. Los dos nos invitan a que nos transformemos. El primero, para detener el cambio climático y el segundo, para no perder el tren del avance. Los dos son coetáneos y complementarios.

Como dijo el lunes en Madrid el president Ximo Puig, esta transformación tecnológica -absolutamente inevitable- no puede perjudicar a los más débiles. Y lo mismo ocurre con los cambios que se van a producir para mitigar el calentamiento global.

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Pero si estas transformaciones -sobre todo la tecnológica, carro al que se ha subido la Generalitat- no debe provocar una "legión de perdedores" -como textulamente afirmó Puig-, tampoco tiene que generar unos pocos ganadores. Que este cambio no sirva para que la riqueza se siga acumulando en unas pocas manos, como sucedió con la crisis, que hizo más ricos al 1 % de la población mundial.

Ese es el gran reto, no dejar a nadie al margen y conseguir redistribuir los beneficios de la transformación tecnológica.

El tema tiene un gran calado y más si, como sostienen muchos expertos, no estamos en una era de cambio sino que estamos en un cambio de era.

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