San Gabriel: Paz y fe para elaborar buenos vinos

Aranda de Duero

Cuando un gran proyecto se levanta, solo queda mirar, admirar, y disfrutar. Fue lo que ocurrió hace décadas cuando se creara la Denominación de Origen, también en lo que se ha convertido el Consejo Regulador, pero ni mucho menos podemos olvidarnos de sus bodegas. Bodegas, e historias, como la de los Hermanos de San Gabriel, que crearon hace años su propia bodega en sus terrenos de La Aguilera, una población además de gran tradición vitivinícola que nos relata Pedro Gadea. “La historia de nuestra bodega fue a finales de la década de los noventa cuando se produjo el boom de la Ribera del Duero. Los hermanos de San Gabriel viendo que cada vez había más demanda de trabajadores en la zona decidieron tratar de poner en funcionamiento una escuela de enología en nuestras instalaciones, y preguntaron qué era necesario tener para poder llevar a cabo este ciclo formativo“, especifica.

Cuando uno se adentra en San Gabriel, descubre que está en el terreno del saber. Del aprender. Y en su bodega, la situación es muy pareja. La innovación se aúna con la tradición, pero nunca se olvida la pasión de aprender y mejorar. “Elaboramos vinos mono varietales, solo con la variedad tempranillo, y todo el vino que elaboramos está vinculado a nuestra explotación agrícola y agricultores propios a los que le compramos uva y aconsejamos sobre sus trabajos en el viñedo, hacemos todo en vendimia manual porque creemos que obtenemos uva de mejor calidad y por tanto mejores vinos”, afirma Gadea.

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Las raíces más profundas del vino San Gabriel están inmersas en la experiencia, elaboración y obtención del caldo francés ‘Château de Briacé’. Así mismo, la bodega elabora grandes vinos enraizados en el corazón del Duero, criados con el rigor y la austeridad de la meseta, el sabor del silencio y la paz monacal. “Elaboramos cinco tipos de vino; rosado, joven, joven roble, crianza y reserva y en ocasiones excepcionales viña seleccionada. Todos los vinos hacen fermentación con temperaturas controladas, y el rosado por el sangrado de los depósitos, consiguiendo que tenga un color propio de Ribera. Estos vinos viajan por el mundo y concretamente muchos de ellos viajan hasta China”, añade el portavoz de la bodega.

La evolución y puesta en marcha de los viñedos en la finca, así como las nuevas plantaciones e introducción de las más modernas tecnologías, unido a los rigurosos procesos de control, ha hecho que los vinos, San Gabriel y Kratos, sean sinónimo de calidad y prestigio, sin olvidar las condiciones inmejorables que ofrece esta tierra… Pero si tenemos que brindar, ¿con qué vino de San Gabriel podremos triunfar? “A mí el rosado es el que más me gusta, soy un apasionado y brindaría siempre con un rosado y más ahora que hace calor, apetece un vino fresco que nos traiga salud y alegría en esta mala época”, sentencia Gadea.

Levantemos la copa, con respeto, cariño e ilusión. En San Gabriel se aprende, y en su bodega, se disfruta la pasión.