Política

La sima de Otsaportillo, en Urbasa, acoge un homenaje por las víctimas de la represión franquista

La consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, explica que este tipo de actos son muy importantes para "combatir la desmemoria"

La sima de Otsoportillo, en Urbasa, acoge un homenaje por las víctimas de la represión franquista. / ARCHIVO / NAVARRA.ES

Pamplona

La sima de Otsaportillo acoge un homenaje por las víctimas de la represión que fueron allí arrojadas. A él asisten entidades locales de pueblos cercanos a la sierra de urbasa, familiares de las víctimas y la consejera Ana Ollo, que ha estado en la SER: "Es importante, no solo mirando hacia el pasado, sino hacia el presente y hacia el futuro, porque una sociedad amnésica que quiere olvidar el pasado que tuvimos nunca puede ser una sociedad democrática". Los ayuntamientos de la zona son quienes habitualmente organizan el homenaje. En este caso, la entidad organizadora es el Ayuntamiento de Alsasua. Los representantes locales y el Gobierno de Navarra acuden para acompañar a los familiares de las víctimas.

Según explica la Dirección General de Paz y Convivencia, más de una decena de víctimas de la represión franquista fueron arrojadas a la sima. Se trata de la principal y más simbólica sima utilizada para arrojar los restos de personas asesinadas como consecuencia de la represión desatada tras el golpe militar de 1936. En el caso de Otsaportillo, las informaciones de que se dispone refieren que fueron asesinadas catorce personas vecinas de Altsasu, Ecala, Olazagutia, Urdiain y Ziordia por sus ideas políticas y por su militancia, en el marco de la limpieza política desarrollada por las fuerzas sublevadas en 1936.

La accesibilidad de la sima provocó que el lugar haya sido alterado en numerosas ocasiones. En 1979 se localizaron catorce restos, y en 1982 los familiares, ante la falta de autorización para cerrar la sima, recogieron los huesos que pudieron rescatar en una caja metálica. Dos procesos de exhumación en 2016 y 2017 han posibilitado la identificación genética de siete víctimas. Desde 1980, una escultura de José Ramón Anda recuerda a quienes allí fueron asesinados, convirtiéndole en espacio de memoria. La escultura ha sufrido actos vandálicos, lo que pone de manifiesto la necesidad de protección del lugar, un conjunto formado por el acceso a la sima, que está clausurada, y la escultura de Anda, que de alguna manera protege ese acceso.

La Sima de Otsoportillo tiene una relevancia memorialista indudable. Todos los años se celebra en el lugar un acto multitudinario para recuerdo de quienes allí fueron asesinados y en homenaje a todas las personas represaliadas a ambos lados de la Sierra de Urbasa.

Las familias de los represaliados asisten un año más al homenaje, acompañadas por sus ayuntamientos y por el gobierno de navarra.

 
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