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Fresas para medir la calidad del aire

El alumnado de la Universitat de València se encargará del mantenimiento de 300 fresas para conocer la concentración de metales pesados en el aire

La Universitat de València participa en el proyecto Vigilantes del aire / Universitat de València

La Universitat de València participa en el proyecto Vigilantes del aire

Valencia

La Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSE-UV) de la Universitat de València participa en un estudio desarrollado en toda España para medir la calidad y la contaminación del aire a través de plantas de fresas. Unos 300 alumnos de diferentes titulaciones universitarias, entre los que se incluye estudiantado del Grado en Ciencia de Datos de la UV, se encargan de la conservación de las plantas, que funcionarán durante tres meses como estaciones ambientales y a través de ellas se podrá conocer la concentración de metales pesados en el aire.

Este estudio, bautizado como ‘Vigilantes del aire’, se lidera desde Zaragoza a través de la fundación Ibercivis y del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC. En él, participan 17 colectivos –los embajadores regionales– de puntos de toda España. El objetivo final del proyecto es elaborar un mapa de la calidad del aire a partir de los datos que proporcionan las hojas de las fresas.

En esta edición de ‘Vigilantes del aire’, se han distribuido unas 5.000 plantas, 330 de ellas en València, repartidas principalmente al estudiantado universitario. También participan otros centros educativos y asociaciones culturales y falleras. De esta forma, el proyecto es un ejemplo más de lo que se conoce como ciencia ciudadana, ya que es un estudio que requiere la participación de personas que no cuentan necesariamente con conocimientos específicos previos. Este voluntariado no solo contribuye a la investigación, sino que podrá aprender nuevas habilidades científico-técnicas.

Otros proyectos participativos emplean tecnologías o estaciones adecuadas para recoger estos datos, en cambio, ‘Vigilantes del aire’ apuesta por llenar la ciudad de plantas para contribuir a la sostenibilidad medioambiental. ¿Y por qué precisamente las fresas? Estas plantas son de cultivo fácil y cuentan con hojas rugosas a las que se enganchan las partículas contaminantes suspendidas en el aire. Por lo tanto, a través de sus hojas se pueden detectar las sustancias nocivas en el aire que se respira.

Estas plantas se han entregado a los participantes a principios de octubre junto con una ficha técnica que recoge los cuidados que necesita la planta. Las personas voluntarias tendrán que encargarse del mantenimiento de la fresa y controlar su crecimiento. El 23 de diciembre tendrán que enviar dos de sus hojas junto con un cuestionario que recogerá la evolución de la planta durante estos tres meses (localización, exposición al sol, altura, aspecto, etc.). Este cuestionario ha sido diseñado por el mismo estudiantado de Ciencia de Datos de la ETSE-UV.

Así, este proyecto une el componente científico con la posibilidad que el alumnado participe en todo el proceso investigador: son los y las estudiantes quienes diseñan las preguntas y la hipótesis; recopilan los datos y, finalmente, los analizan a partir del cuestionario que han elaborado. Además, las 330 plantas están repartidas tanto por varios barrios de València como por otros municipios de comarcas vecinas. Ello permitirá elaborar un mapa más completo de la calidad del aire en el territorio.

La iniciativa ‘Vigilantes del aire’ cuenta con la financiación de la Federación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), y defiende el valor de la transparencia de los datos. Por esta razón, una vez se conozcan los resultados del estudio, se publicarán en abierto para que la ciudadanía sea consciente de la calidad del aire que respira. 

 
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