Las ventas de la IGP Morcilla de Burgos caen más de la mitad por el parón de la hostelería y el turismo

Burgos

Las ventas de morcilla de Burgos han caído más del 50% en este año de pandemia, según la Indicación Geográfica Protegida, con la hostelería y el turismo casi paralizados. Aun así, la marca de calidad aspira a reunir a la práctica totalidad de productores de la provincia en el plazo de un año, según el presidente del sello de calidad, Roberto Da Silva, que admite que el sector está bajo mínimos, salvo por un ligero incremento de ventas en las grandes superficies.

La intención del sello de calidad de la morcilla de Burgos es tener presencia en todos los eventos y ferias gastronómicas que ya están programados para 2021 y divulgar un producto con el 'apellido' que le da prestigio. Da Silva propone que la morcilla sea la estrella culinaria de esta atípica Navidad. A los apoyos de las instituciones públicas, se ha sumado el respaldo financiero de Caja Viva Caja Rural con 10.000 € para la promoción de la IGP en una apuesta por los productos con raices y una de las señas de identidad de la Marca Burgos. El director del área de Negocio de Caja Viva, Javier Casado, ofrece la colaboración de los especialistas de la entidad en exportaciones para su lanzamiento al mercado internacional.

De un censo de 40 productores en la provincia cuando empezó el camino en busca del reconocimiento para esta embajadora de Burgos hace 27 años, quedan actualmente 28 y 9 de ellos ya forman parte de la IGP, a los que pronto se sumarán otros 5. En un año, quieren duplicar el número de socios, afirma el presidente de la Indicación Geográfica Protegida. Con poco más de 2 años como marca de calidad avalada por la Unión Europea, el sector ha ganado credibilidad, a pesar del intrusismo de quienes pretenden plagiar la morcilla de Burgos, sostiene Da Silva. Aunque son, en su mayoría, pequeños obradores e industrias familiares, la producción de morcilla con sello de calidad cuenta con unos 200 empleos en la provincia.