Territorio Luthier: El mimo de lo autóctono

RIBERA DEL DUERO

Las puertas de un nuevo territorio se abren de par en par en nuestro tiempo de Un Balcón a la Ribera. Por ellas nos asomamos hoy para conocer de cerca a Luthier. Bueno, en concreto, a Territorio Luthier. El por qué del nombre lo conoceremos enseguida, pero antes tenemos que hablar de esta pequeña bodega familiar arandina que apuesta por lo autóctono, por lo propio, que siempre muestra su valor. Es la creencia de que el vino realizado con paciencia y tradición puede compartir esa misión evocadora de la música. Es una bodega que hoy conocemos con Fernando Ortiz.

Si hablamos de las particularidades de Territorio Luthier, en especial su nombre y el por qué de él, lo conocemos explícitamente con el propio Fernando.

Y es que después de once años de proyecto, Fernando y su socia Cristina son amantes del mundo del vino y siempre tuvieron claro que querían hacer un tiento de alta calidad con tempranillo que expresara la esencia de la Ribera del Duero. Lo consiguieron. Sus vinos son esenciales. Y de hecho, como es propio brindar y más en estas fechas a las que nos acercamos, vamos a hacerlo asesorándonos.

En resumen, en un paraje maravilloso se inició un proyecto en 2018 que llevaba muchos años por detrás de lucha. Dos amantes del mundo del vino dieron rienda suelta a su pasión creando una bodega que es puro corazón. Que apuesta por lo autóctono, lo propio, lo real. Tan real como Ribera. Tan artesano… como el Luthier.