Alonso del Yerro: De afición a sueño

RIBERA DEL DUERO

La pasión por el vino no tiene límites, y eso es algo que, una vez más, ha demostrado la Ribera del Duero. Cada una de sus bodegas lo demuestran en el día a día, e incluso al llegar. Este es el caso de Bodegas Alonso del Yerro, una pareja de enamorados -y también por el vino- que decidieron tras una experiencia en Rioja dar el paso en una de las zonas vitivinícolas más importantes del mundo en plena expansión. El tiempo puede decirles que no se equivocaron. Con unas líneas claras de trabajo y una historia que nos revela María del Yerro, lo conocemos más de cerca.

Esta bodega demuestra sus particularidades en sus 27 hectáreas, porque esa es su particularidad, la espectacular situación de su viñedo, que es la materia prima de la que surge tan buena uva. Y si hablamos de buena uva, hablamos evidentemente de buenos vinos, muy buenos vinos, que repasa con nosotros María, haciéndonos la boca agua.

Claro que el problema llega a la hora de hacer el brindis… ¿Cómo podríamos elegir sin equivocarnos con tanta calidad de por medio? ¿Con cuál nos quedamos?

En definitiva, hoy hemos conocido una bodega tradicional y familiar, una afición por el vino que se convirtió en su sueño cumplido, en su modo de vida. Alonso del Yerro es el mejor ejemplo de que lo bueno se hace esperar, pero que todo llega cuando uno lucha por ello. En el vino, trabajo e ilusión son también garantes de éxito.