¿Podemos saber si hay brecha salarial entre trabajadores y trabajadoras en nuestra empresa?

Madrid

En datos generales, las mujeres españolas ganan de media un 22% menos que los hombres. Si agudizamos un poco los datos, y ajustamos en términos de igualdad de puesto o formación, este porcentaje desciende hasta el 13%.

En los últimos años, las empresas han tomado una serie de medidas para acabar con esta brecha. La más común son las auditorías salariales que son, en palabras de nuestro periodista jurídicos Pedro del Rosal “una especie de exámenes que se hacen las empresas a sí mismas para analizar y detectar dónde se están produciendo las diferencias injustificadas entre lo que ganan hombres y mujeres”.

Estas auditorías sirven, en definitiva, para detectar si entre una misma categoría de trabajadores hay diferencias salariales. “Sirve para que una trabajadora sepa si está ganando por debajo de la media de lo que ganan sus iguales”, aclara del Rosal.

Para tener acceso a este documento -en el que en ningún caso podemos saber cuánto gana ninguno de nuestros compañeros ya sean iguales o de otra categoría laboral- puede haber dos variables. La primera es que el Registro Retributivo sea de una gran empresa, en ese caso, el acceso solo lo tendrán los representantes laborales. En el caso de empresas pequeñas sin representación, podrán revisarlo los propios trabajadores a título personal y solo para conocer el porcentaje de su puesto.

Laura Guillén, abogada y directora del área de Laboral de CeCA Magán, advierte que “antes de acudir a una inspección laboral por un caso de desigualdad salarial” se deberán consultar también otros factores como “la antigüedad u otros bonus” que puedan tener los compañeros del mismo rango y que pueden hacer desigual el porcentaje. También advierte que la brecha salarial “no es ilegal de por sí”, lo que pone en manos de la empresa esta responsabilidad.

Aunque desde la administración se intentan crear cada vez más mecanismos que persigan la desigualdad “nos queda mucho para conseguir una igualdad efectiva”, apunta Guillén. El principal problema reside en que “los sectores y rangos con los salarios más altos siguen estando ocupados principalmente por hombres”, explica.