La Naval y sus trabajadores, dos años después del cierre

Bilbao

Bajo el paraguas de La Naval llegaron a trabajar cerca de 2.000 trabajadores en los momentos de mayor actividad, entre la propia empresa y todos los talleres que trabajaban para la construcción de barcos. Cada mañana los accesos al astillero se llenaban, mayormente, de trabajadores que acudían a su puesto con bocadillo en mano y con la tranquilidad de que no tendrían que preocuparse más por llegar a fin de mes. La misma escena se repetía a unos kilómetros de Sestao, en Astilleros Euskalduna.

Fueron años de prosperidad y de empleo para todo Bizkaia. Sin embargo, con el paso del tiempo, el sector entró en crisis y se produjeron diversas restructuraciones empresariales y cierres. La Naval resistió unos años más gracias a la privatización que se llevó a cabo en 2006. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) puso sobre la mesa esa opción o el cierre del astillero. De esta forma, se constituyó la sociedad Construcciones Navales del Norte (CNN) que gestionó el astillero hasta su agónico cierre. En tres años, llegó a perder 107 millones de euros.

Tras consumarse el cerrojazo irresversible en 2018, la empresa contaba con 177 trabajadores de los que 150 tenían garantías de seguir trabajando en la construcción de buques, gracias a una cláusula en el proceso de privatización. A cambio, deberían salir de Sestao y trasladarse a otras ciudades donde la sociedad pública Navantia tenía astilleros y oficinas. Ferrol, Puerto Real, Cartagena o Madrid serían algunas de esas ciudades. Otros, cuya situación personal no permitía el traslado o no tenían garantías para realizarlo, buscaron trabajo en otras empresas de la Margen Izquierda y Zona Minera.

La vida actual de tres extrabajadores

Txema Belón, en Ferrol

<p>Txema Belón trabaja actualmente en los astilleros de Navantia en Ferrol: "No hay suficiente carga de trabajo en la línea de construcción de buques"</p>

Txema Belón, Toño de los Santos y Javier Sagarduy son tres de los trabajadores que pasaron por las grúas de La Naval. Dos años después de abandonar las instalaciones de Sestao han rehecho sus vidas en Ferrol, Cádiz y Trapagarán. Radio Bilbao ha contactado con ellos.

Ahora, el grupo belga VGP NV, de bienes inmuebles industriales y logísticos, será quien se haga con los terrenos para crear un área logística. La oferta ponía sobre la mesa 36 millones de euros, que ahora deberá autorizar el juez que lleva la liquidación. VGP pretende preservar algunas de las "características icónicas" del antiguo astillero, como las grúas.