"Evitar una saturación en el nudo de carreteras del Intercambiador de Cruces es nuestra prioridad"

Bilbao

El proyecto presentado por la Diputación Foral de Bizkaia saldrá a licitación en abril, pero las obras no arrancarán hasta otoño, una vez finalizadas las del tramo de Kukularra. El plazo de ejecución previsto es de 18 meses y el presupuesto asciende a 6,9 millones de euros. “La prioridad es mantener la red abierta en todo momento y también mantener el mismo número de carriles operativos durante las obras”, explica el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales. El diputado indica que es precisamente por eso por lo que el presupuesto es tan elevado, ya que la mayoría de las obras se realizarán de noche.

La obra consiste en la construcción de un cuarto carril en la BI-30 (antigua N-637), en el Intercambiador de Cruces sentido Rontegi. El objetivo es garantizar la seguridad del trenzado y aliviar el intensivo tráfico. El diputado ha explicado que en este nudo confluyen una media de 250.000 vehículos diarios, procedentes de Santander, Ezkerraldea y Bilbao.

En total se prevé actuar sobre unos 1.200 metros de calzada y se llevaran a cabo distintas actuaciones. Se requiere ampliar el viaducto del Buen Pastor, además de una remodelación parcial del paseo peatonal existente en el borde derecho de la carretera. También se prevé una estructura en voladizo en la subida del ramal de entrada desde Barakaldo-Lutxana, así como la creación de una pantalla acústica.

Imanol Pradales ha querido recordar que en 2019, antes de la llegada de la pandemia, el Intercambiador de Cruces estaba al borde de la saturación total de la red: “O se actuaba tanto en este tramo como en el de Kukularra o nos enfrentábamos a unos riesgos muy superiores para la seguridad vial”, asegura.