Magaz saca "los colores del alma" a la curva de los 35 represaliados
Un monolito descubierto como símbolo de "verdad, justicia y reparación" recuerda a los ejecutados en este lugar al que el presidente de la Diputación y alcalde de Camponaraya se compromete a llevar a la vicepresidenta Primera del Gobierno, Carmen Calvo
Las hijas de uno de los asesinados en la Curva de Magaz descubren la placa que se ha colocado en su recuerdo
Ponferrada
"Ay, qué desencantosi me borrara el vientolo que yo canto"... Los acordes de "gallo rojo, gallo negro", consiguieron sacar entre dientes la voz de rabia de quienes reconocían que hasta ahora la "Curva de Magaz" era un lugar de silencio y olvido para la fosa común de 33 hombres y 2 mujeres.
La cantautora Isabel Revilla del Río (Isamil9) y la escritora Sol Gómez Arteaga, pusieron voz a este acto repleto de momentos de emoción entre los familiares de los 35 paseados que se dieron cita en este homenaje organizado por los representantes de Podemos, Olegario Vega y Lorena González, y que ha contado con el apoyo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, del historiador Santiago Macías, y de los alcaldes de Camponaraya y Ponferrada.
85 años después, Rosa, nieta del represaliado Mariano Fernández Fernández, sacaba de un papel el recuerdo de quien guarda en la memoria de su madre como"un padre cariñoso, un buen compañero de vida de su abuela y un amigo querido por sus amigos...un carpintero que dejó en septiembre del 36 cuatro hijos.."
Apelando a la justicia y desterrando el rencor, desde la ARMH, Sol Gómez Artiaga, nieta y biznieta de represaliados, calificó de "necesario" este acto que, dijo, "permite cumplir con la deuda histórica que se sigue teniendo con estas personas y por extensión con los miles de hombres y mujeres republicanos que fueron masacrados por defender: la paz, el pan, la democracia, la libertad, la igualdad, mejores condiciones sociales.... no sólo porque eran gente humilde sino porque eran inocentes".
Con el sonido que sale de la voz entrecortada por la angustia, Isabel Magallanes, quiso compartir con todos los presentes la carta de despedida que escribió su abuelo a su mujer antes de morir, mientras estaba en la cárcel de Ponferrada. Era, dijo Isabel, un panadero "alegre" que el 24 de septiembre del 36 quiso relatar el "horror y el espanto" que sentía al tiempo que expresaba su voluntad en entregar los pocos recuerdos podía dejar, o más bien un único anillo, que quería legar a uno de sus hijos:"perdóname por la sola posición en la que os dejo", decía este jornalero que no quiso llevar rencor a la tumba, "solo el pesar de no poder devolverle el dinero que me prestó mi hermano para abrir la panadería".
Con 90 años, Esther Guerrero, hija del maestro de Hervededo sepultado en esta curva, asegura que lleva toda la vida pensando en él y recordando su despedida en la puerta de casa, aquel momento "en el que se me han ido los colores del alma".
Los nombres de estos 35 bercianos, junto a su lugar de procedencia y la fecha de su muerte, presiden ya la conocida como 'Curva de Magaz', donde algunos de ellos fueron ejecutados durante la represión de la guerra civil y posterior dictadura. Igualmente, este lugar simboliza desde hoy el recuerdo a todas las víctimas del franquismo encontradas en Camponaraya o pertenecientes al término municipal y para los que se les dedica en un placa el verso de Lorca: "En la bandera de la Libertad, bordé el amor más grande de la vida".
El regidor que también es presidente de la Diputación provincial de León y vicesecretario provincial de PSOE, se comprometió a intentar que la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, entregase en este lugar la documentación que hay sobre cada uno de los 35 represaliados a sus familiares, porque, según explicó, la idea es que este acto sea el primero de los que se llevarán a cabo cada 8 de mayo en recuerdo a los ejecutados.
“Aquí estamos recordando a seres humanos que fueron ejecutados por defender unas ideas diferentes a las del poder de la época. Fueron valientes y desentonaron en la realidad que les tocó vivir. Personas, hombres y mujeres, a quienes después se les abandonó en cunetas, un acto miserable y cruel, pero que, contradictoriamente, alzó sus nombres desde lo profundo del suelo donde escondieron sus cuerpos, hasta el más alto de nuestros reconocimientos”, ha señalado el alcalde de Camponaraya y presidente de la Diputación de León, Eduardo Morán, en la clausura del acto.
Morán ha resaltado la Ley de Memoria Histórica aprobada en 2007 como una herramienta fundamental "a la hora de reconocer los derechos de las víctimas y sus familiares de la guerra civil española y el Franquismo" y ha abogado por la nueva Ley de Memoria Democrática en tramitación para continuar con esta labor.
Los organizadores, Oli Vega y Lorena González, no pudieron contener la emoción ni las lágrimas en unas intervenciones en las que aplaudieron el papel de "las mujeres de los rojos" aquellas que como recita el poema, criaron a sus hijos " dignos de sus padres, bravos" y consiguieron, que éste sea un día de alegría "porque su recuerdo y su memoria sigue intacta y sus nombres ya no se borrarán de la historia".