Contra la impunidad de Israel por la matanza en Palestina

Albacete

El mundo observa con estupor y pasmo crecientes lo que está ocurriendo en Israel desde hace mucho tiempo, una situación de emergencia humanitaria que se ha agudizado en las últimas semanas. El Estado de Israel mantiene confinada en Cisjordania, que tiene aproximadamente la extensión de Alicante, a una población de 3 millones y medio de personas. Confinada significa asfixiada económica y vitalmente en un sentido muy estricto. Los bombardeos sistemáticos de un país que es primera potencia militar mundial contra las piedras palestinas incrementan exponencialmente esa opresiva realidad.

La ONG Human Right Watch ha publicado hace 3 semanas un Informe en el que denuncia al gobierno israelí como autor de un crimen de lesa humanidad, tal y como está tipificado en el Estatuto de la Corte Penal Internacional. En dicho Estatuto se define como "crimen de apartheid" la realización de actos inhumanos cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre uno o más grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen.

¿Quiere esto decir que los gobernantes israelíes pueden ser sometidos a la Corte de la Haya y juzgados por ella?. Cualquiera que entre en la web de este supuesto Tribunal de justicia penal internacional se percatará de su sesgo ideológico y racial: de los 30 casos sometidos a su jurisdicción no hay un solo acusado que tenga la piel blanca.....¿es que no han cometido crímenes sometidos a la Corte personajes como Bush, Netanyahu o Ariel Sharon, ministro de Defensa responsable de la masacre de Sabra y Chatila en 1982? Por supuesto que sí: crímenes de agresión, de apartheid, de lesa humanidad.

Ocurre, sin embargo, que ese Tribunal sólo puede actuar frente a Estados que se sometan voluntariamente a su jurisdicción o bien ante casos que le presente el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, es decir el mismo órgano que fue absolutamente inoperante y cómplice frente a la invasión de Irak en 2003 y que lleva decenios obstruyendo cualquier decisión que suponga la más mínima condena de las acciones delictivas del Gobierno israelí. A lo sumo muestra su gran preocupación por lo que denomina "el conflicto" (¿a que nos suena?).

En 2001 Bélgica admitió una denuncia contra Ariel Sharon como responsable de la matanza de 1982, en virtud de un criterio de justicia universal que en nuestro país había permitido a Baltasar Garzón perseguir los crímenes de Pinochet. Pero las presiones de Israel y Estados Unidos lograron que Bélgica reformara su legislación para que Sharon nunca se sentara en el banquillo. En nuestro país, por cierto, la mayoría absoluta del Partido Popular promovió en 2014 una reforma similar.

¿Seguiremos permitiendo tanta impunidad contra un pueblo masacrado como el palestino?