La trascendencia de Internet, sexting o grooming, entre las dudas de los adolescentes sobre redes sociales

Fuenlabrada

La gran mayoría de los adolescentes tienen uno o varios perfiles en redes sociales, pero sin embargo, todavía se cuestionan muchas cosas sobre ellas o sobre cómo actuar en caso de problemas graves como ciberbullying o grooming.

Juan José Pacomio, Oficial de la Unidad de Agente Tutor de la Policía de Getafe y experto en redes sociales asegura que durante las charlas informativas que ofrecen en centros educativos de la ciudad, las dudas de los adolescentes que acuden son muy variadas, pero muchas de ellas se centran en cosas como el grooming, acoso y abuso sexual online. “Muchos te dicen que eso les pasa a otros y creen a les ocurre porque son ‘muy espabilados’. Nos preguntan por las técnicas que utilizan para contactar y engancharte y nosotros les informamos sobre cómo funcionan estas cosas y qué deben evitar”.

También hay mucha curiosidad por la propia Internet, cuándo se creo, dónde y la trascendencia que tiene, algo que muchas veces ni se han planteado. Igualmente, “nos preguntan por cómo decirle a sus padres que les pasa algo grave a través de las redes sociales, acoso, extorsión, cosas de ese tipo, sin que se enfaden”, dice Pacomio.

Casos reales

El agente recuerda casos como el grooming que sufrió un joven de 15 años por parte de una mujer de unos cuarenta que se hizo pasar por una chica de 17 años, con la que el menor fraguó amistad en la red. La relación fue más allá y él accedió a mandarle fotos “subidas de tono” que luego la mujer utilizó para hacerle chantaje y pedirle dinero. “Sus padres tenían un negocio importante y el cogía dinero de la caja para pagarla, hasta que se llevó 1.000 euros y los padres se dieron cuenta que algo grave pasaba”. Y es que, muy al contrario de lo que piensan los jóvenes, este tipo de cosas no sólo les pasa a las mujeres y por parte de hombres, “también se da a la inversa”, aunque no es lo habitual.

También cuenta el caso de dos amigas que decidieron “gastar una broma” a otra chica y suplantaron su identidad con un perfil en una red social en la que ésta ofrecía servicios sexuales. La joven se vio desbordada de mensajes pidiendo “sus servicios, fue terrible para ella, hasta que se averiguó lo que ocurría”, cuenta Pacomio.