El avance de dos proyectos de macrogranjas en la Ribera pone en alerta al sector bodeguero

RIBERA DEL DUERO

El sector bodeguero de la comarca se mantiene alerta tras conocer el avance de dos proyectos de macrogranjas porcinas que, de manera sigilosa, han dado los primeros pasos para su implantación en la comarca. Se trata de una granja planeada para su implantación en La Aguilera on una capacidad de cría de 1.995 cabezas y otra en San Juan del Monte para un número similar de animales. Siempre sin llegar a los 2.000 ejemplares, puesto que ese es el límite hasta el que estas granjas pueden sortear algunos trámites medioambientales que, por el contrario, deberían cumplir si llegarán a los dos millares de ejemplares.

Aún así la perspectiva de que estas explotaciones sumen de golpe cerca de 4.000 cabezas de ganado porcino preocupa mucho sobre todo a las bodegas más afectadas, más de una docena, entre las que se encuentras firmas tan reconocidas como El Lagar de Isilla, Ferratus, Dominio del Águila, Pradorey, Dominio de Cair o Hacienda Solano. Alertan de una rápida proliferación de explotaciones de porcino en la Ribera de la que, por el contrario, están desapareciendo la ganadería sostenible. Según los últimos datos recogidos por este grupo de empresas en 2020 las granjas crecieron en 14.500 cerdos en la comarca en un solo año, convirtiendo a la Ribera en la segunda zona de proliferación de esta actividad tras la comarca del Arlanza. Esos mismos datos indican que en la actualidad las granjas de la Ribera suman más de 100.000 cerdos para cría y engorde, cifra muy superior al total de la población humana de la comarca.

Un equilibrio roto

Si hasta ahora ambas actividades, la vitícola y la ganadera, convivían sin conflicto, la ruptura del equilibrio es lo que ha encendido la preocupación del sector bodeguero, a la luz de lo que está ocurriendo en otras zonas de España. Al impacto medioambiental que suponen los vertidos de purines, que aportan exceso de nitritos a las tierras colindantes, olores e impacto en el paisaje, se suma también el impacto en el empleo y la despoblación. Pese a que precisamente el sector porcino asegura que su actividad aporta oportunidades de crecimiento al medio rural, las cifras indican que la despoblación sigue avanzando en las comarcas en las que se implantan estas macrogranjas y el empleo generado es escaso. Por el contrario el impacto en otras actividades empobrece el tejido productivo, al colisionar contra el turismo rural, o, como en el caso que nos ocupa, la actividad vitivinícola muy ligada desde hace años al enoturismo.

Por lo que se refiere a los dos proyectos más ambiciosos que están en ciernes en la comarca y que han encendido las alarmas, están corriendo distinta suerte: el que quiere implantarse en la Aguilera está paralizado al no haber conseguido de momento el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Duero, tras la acción de las bodegas del entorno.

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Por el contrario la explotación de San Juan del Monte está mucho más avanzada, entre otras cosas por la opacidad del ayuntamiento de la localidad con la que se están encontrando las bodegas para conseguir información de este proyecto. De hecho el juzgado ha admitido a trámite una denuncia por este tema.

En Hoy por Hoy Aranda hemos conversado sobre esta cuestión con Ángel Arroyo, director de la Bodega Ferratus