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El bocadillo vuelve a San Mamés

La decisión del Gobierno vasco de mantener el aforo al 60% del total regala a la afición la posibilidad de comer y beber durante el derbi frente al Deportivo Alavés

Espectadores en San Mamés, disfrutando por primera vez del bocadillo durante el descanso / Cadena SER

Bilbao

La vuelta del público a San Mamés tras el extenso período de gradas vacías debido a las restricciones por la pandemia del COVID-19 llegó a su fin en la segunda jornada de Liga. Pero solo a medias. El partido ante el FC Barcelona acogió el regreso de una pequeña parte de la masa social. Solo los agraciados en el sorteo pudieron ocupar un asiento en aquella primera cita del nuevo curso como local.

Días más tarde, con la visita del Mallorca, la situación no cambió demasiado. El sorteo volvió a realizarse, aunque esta vez con menos personas damnificadas por el entonces aforo máximo, situado en el 30%. Pese a que el Athletic tiene más de 43.000 socios, apenas 17.000 mostraron su intención de acudir a la cita en el estadio rojiblanco.

Menor fue aún la demanda para la visita del Rayo Vallecano de Andoni Iraola. Ni tan siquiera hubo que realizar sorteo, ya que el número de peticiones se quedó lejos del número de localidades que podían ocuparse. Eran muchos los socios que al día y hora del partido, un martes a las diez de la noche, sumaban como argumento para no ir a San Mamés las limitaciones dentro del campo.

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El no poder comer ni beber, además de no poder ocupar la localidad habitual de cada socio, era repetido por cientos de personas. "Ir a San Mamés es un ritual", argumentaban algunos athleticzales en Radio Bilbao. Pues bien, esa limitación es historia. La decisión del Gobierno vasco de mantener el 60% del aforo como tope para el encuentro ante el Deportivo Alavés ha permitido a muchos cenar en el descanso del derbi.

Y es que, hasta unas horas antes del partido, nadie sabía si podría hacerlo. El recurso de La Liga, que solicitó al TSJPV aumentar el aforo de forma cautelar al 100% -lo mismo que se aplicará a los estadios de otras Comunidades Autónomas-, dejaba en el aire esta opción. No obstante, la decisión del juez Garrido de no aceptar la cautelarísima y seguir adelante con el recurso, que se resolverá definitivamente la próxima semana, ha abierto las puertas de La Catedral a los 'bocatas' antes que en ningún otro estadio de fútbol.

El bocata de la semifinal: homenaje a Unai Simón con un toque picante y quesos italianos derretidos
 
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