Una renta básica para todos los vascos costaría un 4'8 por ciento del PIB

Bilbao

El economista y exparlamentario de Elkarrekin Podemos, Julen Bollain, ha pasado por 'La ventana Euskadi' para presentar su libro 'Renta básica: una herramienta de futuro', un debate que podría llegar en los próximos meses al Parlamento vasco en forma de Iniciativa Legislativa Popular.

En la entrevista Bollain cuenta que escribió el libro con dos objetivos: "hacer un libro ameno y diculgativo", más allá de los debates "sesudos" de los expertos; y, luego, que mirara al futuro. "Yo quería decir que discutir de la renta básica es hablar de pobreza, de desigualdad, pero también, de crisis ecológica, de la evolución del mercado laboral o de la crisis de cuidados", asegura.

El economista incide en la necesidad de distinguir entre rentas mínimas, como la RGI o el IMV, y la renta básica, un error en el que a menudo caen hasta los propios políticos. "Las rentas mínimas son prestaciones condicionadas a una situación temporal de necesidad. La renta básica, sin embargo, es un derecho de ciudadanía, que entiende que todas las personas, por el hecho de serlo, debemos tener, de partida, las necesidades básicas o la existencia material cubierta. Esto es requisito fundamental para que las personas podamos ser libres, una vez tengamos ese suelo cubierto".

En el caso de Euskadi, Bollain ha calculado que implantar una renta de este tipo supondría que cada ciudadano recibiría una paga equivalente al umbral de la pobreza, que en 2018 eran 12.577 euros anuales. El coste neto equivaldría al 4'8 por ciento del PIB de Euskadi y se financiaría con un aumento de impuestos del veinte por ciento más rico de la población.

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