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"Tenemos que ir a Sevilla con la sensación de que vamos a jugar en San Mamés": De Marcos, ¿ante su última oportunidad de ser campeón con el Athletic?

Óscar De Marcos, con 526 partidos como león en sus botas, será el capitán del Athletic en la final de Copa de este sábado

El defensa del Athletic Club Óscar de Marcos (c) celebra su gol durante el partido correspondiente a la jornada 11 de LaLiga que Athletic Club y Valencia CF disputan este domingo en el estadio San Mamés de Bilbao / Luis Tejido (EFE)

Bilbao

Si hay un futbolista con espíritu de One Club Man en la actual plantilla del Athletic, ese es Óscar De Marcos. El de Laguardia desembarcó en Lezama en el verano de 2009, procedente del filial del Deportivo Alavés. Desde entonces han transcurrido quince años y el lateral ha vestido la camiseta del primer equipo rojiblanco en 526 ocasiones. Es el único superviviente del Athletic de Marcelo Bielsa en el once de Valverde para esta final de Copa. Será el capitán sobre el verde, aunque no el que levantará el trofeo en caso de victoria. Ese privilegio quedará reservado para otro futbolista de su generación, un Iker Muniain que, sin embargo, actualmente no cuenta apenas con minutos.

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El caso de De Marcos es paradigmático. Será, de largo, el más experimentado entre los once leones que pelearán por el título con el Mallorca. Debutó en el Athletic en agosto de 2009, unos meses después de la derrota en la final de Mestalla. Aquella la vio desde la grada, pero después ha participado de otra tres. Fue titular en 2012, en la del Vicente Calderón. Tres años más tarde no estuvo en el Camp Nou, de nuevo ante el Barça, por sanción. Y en las dos finales de la pandemia sí salió de inicio, tanto frente a la Real como frente al Barcelona.

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La cuenta atrás

Ahora, a tres días de una nueva batalla final, reconoce que los nervios empiezan a dejarse sentir. "Todos estamos con ilusión y, al final, eso te genera tener mariposas en el estómago", reconoce, aunque no es el único. "Yo llevo quince años, hay otros que llevan uno, pero ganar la Copa sería algo único para todos nosotros. Es algo con lo que siempre se ha soñado, pero para eso hay que jugarla", añade. Es algo que se nota también en la vida de los jugadores: "Muchos intentan no hablarte de la final para dejarte tranquilo, pero es inevitable que te acaben diciendo algo, que te den ánimos o te pregunten cómo estás. Noto a la gente ilusionada, igual que lo estoy yo", relata.

En su cabeza, mucha gente. Especialmente los que ya no tendrán la ocasión de proclamarse campeones con el Athletic. "Estos días pienso en mis excompañeros, en muchos que lo han intentado. Algunos no llegaron ni a jugar [partidos así], otros lo intentaron conmigo en anteriores ocasiones y no lo conseguimos. Nosotros, todos estamos de paso. Vamos dejando nuestro legado. Ellos dejaron el suyo y vivieron situaciones mucho más complejas para que a día de hoy nosotros podamos disfrutar de una final de Copa. En el caso de que fuese bien, ellos serían parte de esta final", asegura.

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Mentalidad de campeón

Con tanta experiencia como acumula, el de Laguardia reconoce que ha pasado por todo tipo de momentos a cuenta de las finales coperas. "En las primeras eres más inconsciente, las vives de diferente manera. Con el paso del tiempo, crees que puede ser la última y la intento disfrutar o, al menos, es lo que intento decirle a mi cabeza, que la disfrute mucho más que las anteriores por si es la última a la que llegamos", dice.

Y precisamente ese bagaje le permite llegar a una conclusión, que "en las finales, la cabeza juega una parte importante. Por la responsabilidad que te pones, por las ganas de ganarla, de agradar, más incluso si eres del Athletic. Quieres ilusionar a toda la gente que es, como tú, del Athletic y que lleva tiempo esperándola. Eso te puede jugar una mala pasada. El control mental de estas situaciones es complicado, pero es en lo que tenemos que trabajar. Hay que estar concentrado y muy bien preparado mentalmente".

Cómo afrontarlo

Ya en la recta final de una espera interminable, De Marcos sostiene que "la ilusión que tenemos y la responsabilidad que tenemos están a la misma altura", aunque "todos tenemos ganas de que llegue la final. Intento disfrutar de la semana para no ir con ansiedad, pero es cierto que la final está cerca y todos estamos pensando en ello".

Señala precisamente a lo mental como una de las claves del éxito del Mallorca. "La mentalidad que tuvieron en la semifinal, en la que estaban disfrutando. Lo tomaron como una fiesta y eso les hizo estar más sueltos. Veremos en la final qué Mallorca nos encontramos", afirma. El Athletic, por su parte, tiene que "ir a Sevilla con la sensación de que vamos a jugar en San Mamés. Que no nos podamos echar en cara que no lo hemos dejado todo en el campo".

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Ahora sí, el Athletic es favorito

En los últimos años, el Athletic ha encadenado decepciones en las finales disputadas, pero "no hay que borrar nada. Son experiencias que vives y de las que tienes que aprender". Una nota diferencial de esta edición es el rol con el que llegan los leones: "Lo del favorito en una final es muy complicado. Es un partido siempre complicado. Pero, por la situación en Liga, se nos pone como favoritos y con ese rol vamos a ir. Intentaremos hacer el juego que venimos haciendo, que es lo que nos ha llevado hasta la final, y esperemos que eso nos ayude a ganarla", asegura.

Pero no deben tener la sensación de buscar la revancha, pues, para De Marcos, "por que la Copa te deba una no la vas a ganar. Para ganarla tienes que hacer un gran partido y aquí nadie debe nada a nadie. Nosotros simplemente estamos insistiendo e insistiendo. Llevamos años peleando por la Copa y hemos conseguido que llegar a finales se vea como algo que debe pasar, y no es así. Es un mérito que se le debe dar a este equipo y ganarla sería conseguir lo que tanto llevamos buscando".