Aitor Lasa Gaztategia: Del Mercado de La Brecha a un rincón delicatessen en la Parte Vieja

En pleno corazón de la Parte Vieja de Donostia, en la calle Aldamar, se encuentra desde hace casi tres décadas un comercio con sabor y mucha historia: Aitor Lasa Gaztategia, una tienda delicatessen que se ha ganado el cariño de la clientela local y el reconocimiento de quienes valoran el producto de calidad y el saber hacer tradicional.

Todo comenzó en 1998, cuando el desalojo del puesto familiar en el Mercado de la Brecha obligó a Aitor y su mujer a buscar nuevos horizontes. A escasos metros, encontraron un local en alquiler. “No tardé ni 15 días en cogerlo”, recuerda Aitor. La decisión fue rápida y, con los años, se convirtió en acierto: “Fue para mejor, más abanico de mercado y más posibilidades”, afirma.

Un comercio que conserva el alma del puesto de mercado, pero que ha sabido evolucionar. Desde los míticos quesos madurados por el propio Aitor —“no solo los vendo, también los afino”, dice con orgullo— hasta una cuidada selección de productos de temporada como hongos, setas, frutas, frutos secos y conservas artesanas.

Aunque este otoño los hongos escasean, Aitor no pierde la esperanza: “Son ciclos. Hay años en los que hay muchos y otros en los que apenas salen”. En su tienda se pueden encontrar productos como la trompeta negra, la angula de monte o la xixa hori, aunque la estrella indiscutible sigue siendo el hongo boletus, cuyo precio puede oscilar entre los 25 y 48 euros el kilo, dependiendo del momento de la temporada.

Pero Aitor Lasa Gaztategia su negocio es mucho más que un establecimiento. El comercio apuesta por lo local, por los sabores de siempre y por productos muchas veces olvidados por las nuevas generaciones, como la manzana reineta del Sahara: “Fea, pero rica. La gente joven ya no sabe qué hacer con una manzana... Hay que volver a lo sencillo”, reflexiona.

Además de los productos frescos y de temporada, el local ofrece opciones en semiconserva para quienes no tienen tiempo o experiencia en cocina, siempre con asesoramiento cercano: “Se les informa, se les orienta, porque nos dedicamos a eso”.

En un contexto en el que la cultura del “comer bien” se ve a veces desplazada por la rapidez y el consumo inmediato, Aitor lanza un mensaje claro: “Hay que disfrutar de lo que se come, es salud. Y hay que parar para comer”.

Aunque reconoce que el perfil del cliente ha cambiado con el auge del turismo exprés, Aitor sigue apostando por el producto de calidad, el trato cercano y el compromiso con el comercio local: “Somos pequeños, pero luchadores. Y aquí seguimos”.