AMAL, la ONG de Don Benito que lleva esperanza al pueblo saharaui

Don Benito

En el corazón de la comarca de Vegas Altas, la asociación AMAL, Amigos del Pueblo Saharaui, trabaja incansablemente desde 2001 para brindar apoyo y asistencia a los refugiados saharauis. Marisa Sánchez, presidenta de la organización, y Rosa Cerrato, vicepresidenta, visitaron los estudios de SER Vegas Altas para dar a conocer su labor y los proyectos en los que están inmersas.

Uno de sus principales frentes de trabajo es la ayuda directa en los campamentos de refugiados saharauis, situados en el desierto argelino. “Tenemos en marcha un proyecto para la rehabilitación de una guardería en el campamento de Esmara, que está en condiciones de insalubridad extremas”, explicó Marisa Sánchez. Las construcciones de adobe, que con el tiempo se deterioran y se ven afectadas por plagas, necesitan una intervención urgente para garantizar un entorno seguro a los niños de entre 2 y 4 años que la frecuentan.

Además de los proyectos de infraestructura, AMAL lidera el programa ‘Vacaciones en Paz’, que cada verano permite que niños saharauis sean acogidos por familias extremeñas durante dos meses. “Es una oportunidad para que los pequeños disfruten de una alimentación adecuada, revisiones médicas y una experiencia enriquecedora en un entorno diferente”, destacó Sánchez. Muchos de estos menores llegan con problemas de salud derivados de las condiciones del desierto, como infecciones en los oídos y desnutrición, y encuentran en España un respiro que les ayuda a fortalecerse antes de regresar con sus familias en los campamentos.

El testimonio de Rosa Cerrato, que acaba de regresar de una estancia en los campamentos, refleja la crudeza del día a día de los refugiados. “Allí no hay futuro, los niños van al colegio, pero luego solo pueden sentarse y esperar. La falta de oportunidades y recursos es evidente”, relató emocionada. Ambas directivas de AMAL hicieron un llamamiento a la población extremeña para que se sumen al programa de acogida, resaltando que es una experiencia transformadora tanto para los niños como para las familias anfitrionas.

La organización forma parte de la Federación de Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui de Extremadura (FEDESAEX), a través de la cual gestionan las solicitudes de acogida en coordinación con el Frente Polisario. “Primero damos prioridad a los niños que repiten experiencia y luego buscamos nuevas familias dispuestas a abrir sus hogares y corazones”, explicó Sánchez.

Con una trayectoria de más de dos décadas, AMAL sigue apostando por la solidaridad y el compromiso con una población que lleva más de 50 años viviendo en condiciones extremas. “Cada pequeño gesto cuenta, y con muy poco podemos marcar una gran diferencia en la vida de estos niños”, concluyó Sánchez.