Ignacio Huertas: “El campo tiene futuro, pero necesitamos reglas claras y apoyo real”
El ex secretario general de UPA-UCE Extremadura hace un repaso de vida como dirigente de la organización agraria en Hoy por Hoy Extremadura

Entrevista con Ignacio Huertas, ex secretario general de UPA-UCE Extremadura
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Badajoz
Tras más de dos décadas al frente de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huertas ha dado un paso al lado tras el último congreso regional que se llevaba a cabo este 2025. Su marcha de la secretaría general no implica una retirada ya que continúa vinculado a la organización como presidente honorífico y, además, acaba de asumir la Secretaría de Agricultura en UPA a nivel nacional.
La historia personal de Huertas es, en buena medida, la de la ganadería tradicional. Nacido en Navalperal de Tormes (Ávila), llegó a Extremadura siendo un niño, siguiendo la estela de generaciones de pastores transhumantes. “Mis padres y mis abuelos venían todos los años con el ganado y un día decidieron quedarse”, recuerda. Montijo (Badajoz) se convirtió en hogar y la explotación ganadera familiar en la escuela donde aprendió el oficio. “Hacíamos de todo. El campo me lo ha dado todo”, afirma.
Su llegada al sindicalismo agrario fue “casi natural”, señala, fruto de la conexión con Lorenzo Ramos, entonces secretario provincial de UPA. “Buscaba gente joven y me animó a dar el paso”. A partir de ahí comenzó una trayectoria que ha marcado el asociacionismo agrario extremeño durante 22 años. Durante ese tiempo, Huertas asegura haber visto cómo el relevo generacional se convertía en uno de los grandes desafíos del sector. Aun así, celebra que las últimas ejecutivas comarcales y regionales de la organización hayan incorporado perfiles jóvenes, incluido el nuevo secretario general, Óscar Llanos, de apenas 40 años.
Huertas no duda en señalar que el campo de hoy “no se parece en nada” al de hace dos décadas. La mecanización, la tecnificación y la profesionalización han cambiado el día a día de las explotaciones. Pero, junto a los avances, han emergido dificultades nuevas y profundas. Una de ellas, quizá la más acuciante, es el cambio climático.
“No creo que haya ningún agricultor que lo niegue”, afirma. Lo describen las sequías prolongadas, las lluvias torrenciales concentradas en pocos días, las olas de calor récord y el avance de enfermedades como la lengua azul, cuyo vector ya no desaparece en invierno. “Extremadura es una de las regiones más afectadas de toda la UE”, sostiene.
Ante este escenario, Huertas defiende dos frentes de actuación, más investigación y semillas adaptadas, y un fondo europeo específico para crisis climáticas que complemente al sistema de seguros agrarios, “incapaz de soportar solo estos riesgos cada vez más frecuentes”.
Más allá del clima, otro fenómeno preocupa al dirigente agrario: la entrada de fondos de inversión en el campo extremeño. “Ya lo tenemos aquí”, alerta. Cita zonas como Coria, donde grandes empresas han adquirido miles de hectáreas para implantar modelos de cultivo superintensivo, especialmente olivar, almendro y pistacho.
Para Huertas, el problema no es solo la competencia económica, sino el modelo de territorio que implica. “Vienen a especular, sin compromiso con el pueblo ni con el empleo. Y la tierra no está a disposición de los jóvenes que quieren incorporarse”. Denuncia que, si nadie actúa, serán los fondos quienes decidan qué producimos y a qué precio. Por ello defiende una ley de agricultura familiar que priorice las ayudas públicas a las explotaciones que fijan población y generan empleo estable.
Otro caballo de batalla es el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, aprobada para garantizar precios justos y prohibir la venta a pérdidas. Aunque reconoce avances, como el respeto actual a los plazos de pago, Huertas lamenta que el grado de incumplimiento sigue siendo alto. Reclama mayor implicación de las administraciones autonómicas, que “no pueden mirar para otro lado”.
En su repaso a estos 22 años, Huertas no rehúye el episodio más doloroso, su detención y los 103 días en prisión preventiva en el marco de una investigación por presuntas irregularidades en cursos de formación. “Fue injusto. Nos sentimos atropellados”, afirma. La organización pactó una multa recomendada por los abogados para evitar que los dirigentes volvieran a prisión. “Pero nuestras vidas y cuentas son transparentes. Quien nos conoce lo sabe”.
El dirigente recuerda que la agricultura “es política, como todo”. Por ello pide a agricultores y ganaderos leer los programas electorales y valorar qué partidos defienden realmente el modelo de agricultura familiar. También defiende la negociación como herramienta prioritaria, y destaca el acuerdo de 43 medidas alcanzado en 2024 con el Ministerio de Agricultura, que incluye la continuidad de las ayudas al gasóleo, la flexibilización del cuaderno digital y cambios en la aplicación de la PAC.
Las inquietudes actuales del campo pasan por la reforma de la PAC 2027-2034, la falta de mano de obra, el impacto del clima y un presupuesto europeo que considera insuficiente. Sin embargo, Huertas mantiene un mensaje de optimismo, “El campo tiene futuro. Nadie va a dejar de comer y Europa necesita soberanía alimentaria”.




