¿Gastronomía de guerra? Esto es lo que no puede faltar en la alacena del chef Álvaro Villasante

Era 2025, pero parecía 2020. En Lugo hubo dos formas de afrontar el apagón ibérico: Tomando una caña en el bar de confianza o cargando el maletero del coche de agua y papel higiénico.

Si algo tenemos claro, es que el fin del mundo ha de pillarnos con el culo bien limpito. Sin embargo no es lo más importante. Pese a que desde la instituciones el mensaje que se mandaba era de tranquilidad, una buena parte de los lucenses no pudieron evitar el poner la venda antes que la herida.

El propio regidor, Miguel Fernández, aseguraba a media tarde que no se preveía falta de abastecimiento de agua, por lo que comprar desmesuradamente garrafas solo provocaba un caos y descontrol en los supermercados innecesario.

Con lo peor ya pasado, la pregunta que todo mortal se hace es si realmente estamos preparados para la repetición de un situación como la vivida con el apagón ibérico.

El chef Álvaro Villasante tiene clara su recomendación: Más gastronomía hippie y menos de guerra. "Esto de tener las neveras a tope, el congelador a reventar, llenas de alimentos envasados en plásticos es de todo menos eficiente y práctico", dice.

A parte de que gastamos más en el día a día, si vuelve a irse la luz de forma masiva es demasiada la comida que tendríamos que comer en poco tiempo para evitar que se derramase.

"En la nevera poco, los fresco, lo del día a día, en el congelador solo lo que nos haya sobrado y apostar por tener una alacena bien cargadita de conservas, arroz y pasta. Productos y alimentos no perecederos que nos sirvan para ocasiones como estas", argumenta.

No obstante, Villasante lo tiene claro: "Mejor que nada es tener una huerta de toda la vida. Con sus tomates, sus patatas... tener un gallinero. En fin, lo que tuvimos siempre", dice entre risas.