Ferrán Adrià se sube al barco de los NFT y vende una colección de dibujos de su puño y letra en el metaverso: "Cuando me lo explicaron no entendía nada"
Ferrán Adrià y Yaiza Rubio, responsable global de la oficina del metaverso en Telefónica, se han asomado a La Ventana para hablar de la colección del chef
Ferrán Adrià se sube al barco de los NFT y vende una colección de dibujos de su puño y letra en el metaverso: "Cuando me lo explicaron no entendía nada"
Madrid
"No fungibles tokens". Esa es la definición de los, cada vez más protagonistas de conversaciones, NFT. "Una especie de coleccionable digital", explica Yaiza Rubio, responsable global de la oficina del metaverso en Telefónica, empresa que propuso al chef Ferrán Adrià adentrarse en el metaverso. Aceptó. Hoy es posible comprar dibujos hechos por él en el mundo digital, precisamente con esa fórmula. Una todavía desconocida e incomprendida por muchos. El propio Adrià cuenta que cuando le llegó la propuesta de trasladarse al metaverso "no entendía nada". Con el tiempo comprendió que las cuestiones técnicas tenían que hacerla otros y que, a veces, no se puede entender todo.
Los NFT tienen, según Yaiza Rubio, varios atributos esenciales que los diferencian. En primer lugar son únicos, pues se suele emitir solo uno de cada. Por otro, la capacidad de ser transferido de una persona a otra. Los NFT no son fungibles, es decir, no equivalen a otro supuesto con valor similar como el dólar o el euro. Tienen un valor único y no comparable a nada más. Rubio sostiene que, además, tienen un sentido de "exclusividad", pues es algo que no abunda.
Ferrán Adrià y el arte
Son 114 los NFT que completan la colección de Adrià en el metaverso. Un centenar de copias digitales de una serie de dibujos que el chef realizó en 2013 y que ya han sido expuestos en museos de todo el mundo durante los últimos años. El precio por activo es de de 0.1846 Ethers (Polygon), aproximadamente unos 550 euros, y puede adquirirse en la web de el Bullifoundation o directamente en OpenSea, el marketplace más utilizado para el intercambio de NFT. Aquellos que compran los dibujos de Adrià no podrán, por su puesto, tocarlos con sus dedos. Tendrán, única y exclusivamente, la posesión de la copia digital de las obras.
“Quisimos experimentar”, apunta el chef, que no alcanza a entender la realidad del metaverso en su totalidad. "Los dibujos siguen en mi poder", expresa Adrià con cierto desconcierto. Unos dibujos que tienen un gran valor emocional, pues fueron el fruto de la única vez que el reputado cocinero dibujó en su vida.
En el caso de los NFT de Adrià, además de la posesión virtual de las obras, los compradores tendrán un pase especial para ser los primeros en visitar el Bulli, su restaurante, el año que viene. "Normalmente va ligado a algo así", desarrolla Yaiza Rubio. Algo tangible en la vida real.
Paula Ramos Barral
Redactora en La Ventana. Antes en La Voz de Galicia...