El Gran Reemplazo: la conspiración detrás de la supuesta "invasión musulmana" y de los tiroteos de extrema derecha en EEUU
La hipótesis racista ha crecido al calor de los foros de internet pero tiene su origen en el libro 'Le Grand Remplacement'
Reportaje EP22 | La teoría del gran reemplazo, una semilla de odio racial
Madrid
Si en los siglos XVIII y XIX surgieron teorías racistas pseudocientíficas que promulgaban que las razas humanas eran diferentes y que por ello tenían que ser segregadas, ahora emerge un racismo distinto. Un racismo cultural. Que ve en la mezcla cultural un proceso detestable. Entre las que más atención han generado en los últimos años destaca, por encima de todas, el Gran Reemplazo, que señala que las élites económicas y políticas promueven un cambio de la población blanca por africanos -en el caso de Europa- y por latinoamericanos en Estados Unidos.
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"El término se empieza a difundir hace unos diez años, pero en realidad responde algo más antiguo: que la raza blanca está amenazada, lo que pasa es que ahora se ha desarrollado, que son estas las élites y liberales, las que están permitiendo la sustitución de los caucásicos por otros grupos", explica Juan Avilés, historiador, catedrático de Historia Contemporánea y autor del ensayo Extremismo de ultraderecha en Internet. La hipótesis racista ha crecido al calor de los foros de internet, en Twitter y en YouTube, pero tiene su origen en el libro Le Grand Remplacement.
Se publicó en 2011. Su autor, Renaud Camus, de barba cerrada y apariencia tan decimonónica como sus ideas, no era especialmente conocido salvo en algunos círculos y había logrado cierto reconocimiento con su libro Tricks, considerado una obra de culto por el público homosexual francés en los años setenta. Benoît Pellistrandi, historiador y miembro de la Real Academia de la Historia, asegura que el personaje es "una incógnita". Antes de saltar al mundo digital, su tesis había tenido "cierto éxito" entre algunos círculos de extrema derecha. Sin embargo, no se puede decir que sea un intelectual "de peso" en su país.
La inspiración e influencia de su libro no se ha quedado reducida solo al ámbito intelectual, sino que ha servido de motor ideológico a autores de varias masacres en masa, como las de Cristchurch (Nueva Zelanda) en 2019, en la que murieron asesinadas 50 personas, la mayoría musulmanes que rezaban en dos mezquitas, o la más reciente en Búfalo (Estados Unidos) a mediados del mes de mayo, y en la que perecieron 10 afroamericanos.
Los dos autores de los crímenes, dejaron escritos sendos manifiestos propagandísticos en los que se declaraban seguidores del Gran Reemplazo. Además, ambos se consideraban a sí mismos "aceleracionistas": es decir, creían que con sus crímenes podrían ayudar a "despertar" la conciencia de los ciudadanos blancos. Porque para ellos las élites están promoviendo, además de la llegada masiva de inmigrantes, el cambio de civilización utilizando el aborto o la emancipación femenina.
De internet a los medios
Las ideas de Camus han tenido una segunda vida en la red. En videos de YouTube, en foros como 4chan y en lugares más inhóspitos como la deepweb, esta y otras tesis como la del genocidio blanco se han unificado y difundido a través de memes y videos, que la han hecho más accesible a un público joven que se ha radicalizado. Internet es incontrolable y esto lo convierte en el ecosistema perfecto para que se desarrollen tesis y discursos extrema derecha. Discursos como el de estos usuarios de Twitter o YouTube. "Los españoles limpiando la caquita de sus mascotas y las musulmanas con sus hijos en los parques a costa de los mismos españoles". O este otro. "Estamos asistiendo a nuestra propia desaparición a cámara lenta".
Para Avilés, más allá de internet, en los últimos tiempos se ha producido una difusión de estas tesis sin precedentes. Cada vez hay más medios de comunicación, sobre todo en el caso estadounidense, que se acaban nutriendo de estas ideas y que las comparten en horarios de máxima audiencia para millones de personas.
El caso más paradigmático es quizá el de Tucker Carlson, de Fox News, que acusa a los demócratas de promover el reemplazo por motivos electorales. "Él vende una teoría que no es exactamente igual que la de la extrema derecha, pero se le parece mucho y de hecho he utilizado varias veces esta idea del reemplazo". Según Carlson, los demócratas quieren sustituir al varón, blanco heterosexual, por minorías, más favorables a votar por ellos. "Es eugenésico", llegó a decir el presentador.
La responsabilidad política
Con una sociedad cada vez más polarizada como la estadounidense, las teorías, mediadas y mediatizada por estos propagandistas, han terminado por normalizar un discurso que acaba calando, no solo en el público. Si no también entre los políticos, como el caso de varios senadores republicanos. "Esta administración quiere fronteras completamente abiertas. Y hay que preguntarse ¿por qué? ¿Realmente quieren rehacer la demografía de Estados Unidos para permanecer en el poder para siempre?", señalaba el Senador Ron Johnson.
En Francia se vio, en las pasadas elecciones presidenciales de abril, cómo este discurso ha llegado ha desarrollarse en política. El candidato Éric Zemmour llegó a disputarse la segunda plaza según varias encuestas de opinión con un discurso prácticamente calcado al del Gran Reemplazo. Zemmour dejó casi en moderada a Marine Le Pen. Sin embargo, Benoît Pellistrandi vaticina que este extremismo tendrá poco recorrido. "Ha sido un fracaso. Un fracaso estrepitoso. No hay que olvidar que en octubre y en noviembre los sondeos le dejaban casi a las puertas de la segunda vuelta y ha acabado con el 7% de los votos", sentencia.
¿Y en España? En nuestro país se han dado discursos parecidos. Sobre todo en algunos círculos relacionados con Vox. Cuando se habla de invasión, y se relaciona la supuesta no integración de los inmigrantes en la sociedad como un problema, hay trazas de las ideas del reemplazo. Pero para el catedrático Avilés es complicado relacionar algunos puntos de este discurso con el de la conspiración. Porque la línea entre el racismo y las preocupaciones legítimas de una parte de la sociedad preocupada por su futuro es, a veces, muy fina. A la gente que le gustaría que su barrio siguiera siendo siempre el mismo color, pues habría que decirles que la mezcla suele dar muy buen resultado, pero no lo relacionaría con la línea dura de la teoría de Camus, remata. En el caso de Francia, Zemmour no logró grandes resultados entre las clases trabajadoras. Lo que pase en España está todavía por ver.