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'Orlando': entre la biografía, el discurso feminista y la carta de amor

Una sátira del género biográfico en la que un joven aristócrata, con aspiraciones literarias, se transforma en mujer

'Orlando': entre la biografía, el discurso feminista y la carta de amor

'Orlando': entre la biografía, el discurso feminista y la carta de amor

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Virginia Woolf nació en Londres el 25 de enero de 1882 y murió el 28 de marzo de 1941, ahogada en el río Ouse, al que se lanzó con los bolsillos llenos de piedras. Al fallecer su padre, el conocido hombre de letras sir Leslie Stephen, Virginia y su hermana Vanessa abandonaron el elegante barrio de Kensington y se trasladaron al bohemio Bloomsbury, que dio nombre al brillante grupo literario formado alrededor de las hermanas Stephen. En 1912, Virginia se casó con Leonard Woolf; años después, fundaron y dirigieron juntos la editorial Hogarth Press. Considerada como una de las autoras más revolucionarias e imprescindibles del siglo XX, entre sus obras más importantes cabe destacar 'Al faro', 'La señora Dalloway', que ya os hemos contado en 'Un libro una hora' o 'Las olas'. Publicó 'Orlando' en 1928.

El primer transexual de la literatura

Como señala Inés Arias de Reyna, hace 100 años Virginia Woolf se cuestionó las diferencias entre hombres y mujeres. Una de las respuestas que ofreció al mundo fue su 'Orlando', una sátira del género biográfico en la que un joven aristócrata, con aspiraciones literarias, se transforma en mujer; no es esta la única transgresión de esta curiosa obra —ejemplo del modernismo literario inglés de principios del siglo XX—, puesto que la vida de este personaje andrógino, posiblemente el primer transexual de la historia de la literatura, es extrañamente longeva: nace en 1588, en época isabelina y muere en el periodo de entreguerras, en 1928. A pesar de vivir más de 300 años, Orlando solo envejece en apariencia hasta los 36.

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Según Inés Arias de Reyna, uno de los pasajes más famosos de esta singular novela es el momento en el que Orlando cambia de sexo. La obra, por su argumento, podría considerarse fantástica (no en vano, su protagonista se transforma por arte de magia —no media ninguna operación médica que explicara la transformación— vive una vida anormalmente larga y, encima, no envejece). Sin embargo, la gran carga simbólica transforma estas rupturas de la realidad en alegorías, que nos hacen percibirlas no como hechos literales sino como alegatos poéticos sobre la vida, la muerte, la identidad, el género y la literatura. Porque el arte que tanto amó Woolf en vida está íntimamente unido a su personaje y a la historia que lo envuelve.

El cambio se ha producido, una transformación verdadera y permanente, pero que no ha transformado la auténtica esencia de Orlando. Ser hombre es equivalente a ser mujer. No hay diferencias y, de haberlas, son incómodas incomprensiones de la sociedad. Nadie se extraña de su renacer femenino, nadie duda de que sea la misma persona; y esa aceptación permite al lector percibir el cambio no como una fantasía, sino como la tesis de la autora de que las diferencias entre los dos sexos no afectan a la psique ni al alma de la persona. Uno puede ser hombre y mujer, y esto no lo cambia realmente. La transformación de Orlando nos habla de la inmutabilidad del alma. El estilo de la autora es evocador, en ocasiones más cercano a la poesía que a la prosa, lo que hace que la lectura sea lenta pero estimulante al mismo tiempo, gracias a las metáforas, alusiones y simbolismos con los que tapiza cada una de las páginas.

El uso de la sátira para resaltar las injusticias patriarcales de la época

Según Daiana Yurrebaso, Virginia Woolf utiliza el cambio de género de Orlando para poner en evidencia el machismo y la opresión que comprenden los roles de género tradicionales. El contraste entre la infinidad de posibilidades que Orlando tiene antes de su transición y las pocas opciones que le quedan después, constituyen la crítica más aguda de la novela. Woolf hace uso de la sátira para resaltar las injusticias patriarcales de la época. El día de la transición de género del protagonista, Virginia Woolf deja de utilizar el pronombre masculino para referirse a Orlando y lo cambia por el pronombre no binario «they» (el mismo que se utiliza para personas no binarias en la actualidad).

Woolf concibió esta novela como una biografía, con la intención de parodiar este género, al que se dedicaba su propio padre, Leslie Stephen. Además de la sátira a la biografía y el discurso feminista, 'Orlando' es, ante todo, una carta de amor de Virginia Woolf a su gran amiga Vita SackVille-West, a la que dedica la obra. Pero Susan McNamara, en la Revista Internacional de Piscoanálisis, defiende que la biografía ficticia era en realidad un intento de Woolf de organizarse tras la insoportable humillación de que Vita la abandonase por otra mujer. Al imaginar, escribir y publicar 'Orlando', Woolf convierte su desesperación en un monumento de venganza, defendiéndose de los sentimientos desorganizadores de humillación, impotencia, rabia y pérdida creando su propio retrato mordaz de Vita.

La transformación de Orlando nos habla de la inmutabilidad del alma

Esta obra de Woolf es rompedora, por lo que significó para el feminismo; no en vano, la autora intenta mostrar con hechos (aunque la fantasía le sirva aquí como apoyo indiscutible) que no hay diferencias entre hombres y mujeres (y que las que hay son adquiridas, no naturales). Uno puede ser hombre y mujer, y esto no lo cambia realmente. La transformación de Orlando nos habla de la inmutabilidad del alma. Pero apuntaba también hacia la misoginia del mundo literario. Es importante el foco que establece a lo largo de toda la obra sobre los deseos de su protagonista por escribir, y el hecho de que sea en su versión femenina cuando por fin adquiere la obra 'La encina' la madurez definitiva.

Como señala Alejandro Gamero en el blog 'La piedra de Sísifo', una hipótesis apunta a que Woolf pudo haberse basado para su Orlando en un libro en miniatura escrito por la propia Vita SackVille-West y hecho para la diminuta biblioteca de una casa de muñecas. El pequeño volumen, del tamaño de una caja de cerillas, fue escrito por Vita en 1922 con el título de 'A note of Explanation'. Su argumento hace que la teoría de la posible influencia parezca convincente: un espíritu inmortal atraviesa algunos de los grandes momentos de la historia de los cuentos de hadas, de la misma forma que Orlando viaja a través de los siglos, conociendo a algunas de las más grandes figuras históricas. El libro de Vita fue uno de los 200 volúmenes elaborados en 1922 para la biblioteca de la casa de muñecas de María de Teck, esposa del rey Jorge V, que era una réplica de una casa eduardiana.

 
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