Esta cumbre de la OTAN está siendo una buena dosis de ibuprofeno

Esta cumbre de la OTAN está siendo para Sánchez y su gobierno como una buena dosis de ibuprofeno, de efecto rápido para rebajar la inflamación en un momento de evidentes dificultades políticas. Hay tanto foco, tanta iluminación puesta sobre esta cita, que es muy difícil estos días mirar fuera. Pero lo intentaremos a partir de las ocho y media, cuando nos visite Pedro Sánchez en este rincón de IFEMA desde el que les saludo esta mañana. Entrevista con el presidente, con la agenda internacional como elemento más relevante, pero con un contexto mucho más complejo: con la oposición y sus socios, apretando fuerte por la masacre de Nador, con la economía en esa zona de incertidumbre, siempre tan comprometida, con un PSOE algo más que magullado tras el mal resultado andaluz y con un partido popular fortalecido que se siente casi eufórico.

Pero sobre todo hoy tocará hablar de esta cumbre que, por mucho que algunos se vaya a empeñar en negarlo, es un hito en una legislatura como esta. Lo es para Sánchez y su Gobierno porque le da una dimensión internacional que, aunque no dé votos, sí ayuda a construir un prestigio que todo Gobierno necesita.

Es un hito porque la casualidad ha querido que la cumbre de Madrid llegue en un momento crítico en la agenda mundial, lo es porque de Madrid saldrá una nueva estrategia de defensa fundamental para explicar el mundo cuando hayan pasado unas cuantas décadas. Y es un hito porque tiene un indudable valor político que el líder de la primera potencia mundial pronuncie dos palabras que ayudan a entender la dimensión de todo esto: aliado indispensable.

Hoy estamos en IFEMA, durante los dos próximos días en este espacio se van a tomar decisiones que marcarán el futuro de nuestra seguridad y de nuestro bienestar.