Una nueva crisis ha azotado los cimientos del Gobierno de Boris Johnson en Reino Unido que confirma que esta será la definitiva para poner punto y final a sus casi tres años al frente de Downing Street. El Primer Ministro volvía a estar en el foco mediático un mes después de su moción de censura interna, a la que sobrevivió y gracias a la cual consiguió mantenerse en el poder. Su credibilidad volvía a ponerse en duda tras la acusación de un alto funcionario de su previo conocimiento sobre las acusaciones de acoso sexual del diputado conservador Chris Pincher, lo que ha terminado por forzar su dimisión como líder del Partido Conservador. El político británico, Chris Pincher, presentó su dimisión como «deputy whip» - figura encargada de asegurarse que sus compañeros de partido votan en los plenos y en línea con el partido - el pasado jueves después de que dos hombres le acusaran de acoso sexual y conductas inapropiadas en un evento en el exclusivo Carlton Club en Picadilly, Londres. Ante tal estado de embriaguez, Pincher tuvo que ser metido en un taxi por sus compañeros. En su carta al Primer Ministro le explicaba: «Querido primer ministro. La pasada noche bebí de un modo excesivo. Me avergoncé a mí mismo y a otras personas, y eso es lo último que deseo hacer. Le pido disculpas a usted y a todos los implicados». Tras su anuncio, desde Downing Street daban por concluido el incidente y no veían necesario proceder a una investigación ante tales acusaciones. El diputado abandonaría su puesto como número dos del grupo parlamentario pero mantendría su acta de diputado y su membrecía conservadora. Ahora la polémica que ha vapuleado la estabilidad de Boris en el poder llega después de que se le haya acusado de conocer los escándalos previamente protagonizados por Pincher y, aún así, tomar la decisión de nombrarle número dos del Partido Conservador en febrero de este año. Esta semana un portavoz del Gobierno reconocía que Johnson sí estaba al tanto de las denuncias en el momento de su nombramiento, después de que fuentes del Gobierno proporcionasen versiones distintas desde que el escándalo saliese a la luz. La oleada de dimisiones de miembros del Partido Conversador por la pérdida de confianza ponía en duda el futuro de Boris Johnson a la cabeza del partido. Entre ellos, cabe destacar la dimisión de su responsable de Economía, Rishi Sunak, y de su secretario general de Salud, Sajid Javid. Tras superar de puntillas la moción de confianza, ahora Boris Johnson se desmarca y deja espacio a un nuevo líder conservador. La realidad es que hasta el momento, el Miembro del Parlamento por Tamworth no contaba con un papel protagonista en la vida política para el público británico. Pero entre las clases de la política se habría cultivado una reputación como fiel aliado de Boris Johnson. Al conocerse sus acusaciones de acoso sexual la semana pasada, fueron muchos los compañeros que admitieron que su conducta no era inusual y era conocida por los miembros del partido, compartiendo una cascada de denuncias. De hecho, ya en el 2017, Pincher se vio forzado a dimitir como «whip junior» por acusaciones de haber realizado acercamientos no consentidos con el exolímpico y simpatizante del Partido Conservador, Alex Story. Pincher lo negó y tras una investigación interna quedó absuelto. Theresa May decidió incorporarle al Ministerio de Asuntos Exteriores como Secretario de Estado en 2019, coincidiendo con la llegada de Boris Johnson a Downing Street. Era en febrero de este año cuando Boris Johnson le nombraría «deputy whip», momento en el que otro diputado conservador denunció a la dirección del partido las actitudes de acoso de Pincher.