'El adversario', la novela donde todo es mentira y todo es verdad
Una obra que cuenta una historia terrible, pero lo hace desde una reflexión transcendente que nos invita a ir más allá
'El adversario', la novela donde todo es mentira y todo es verdad
Emmanuel Carrère nació en París en 1957. Es un extraordinario escritor sobre todo de obras de no ficción. Es el autor de 'Una novela rusa', 'De vidas ajenas', 'Limónov' (galardonada con el Prix des Prix a la mejor novela francesa), 'El Reino', 'Una semana en la nieve' o la extraordinaria biografía de Philip K. Dick 'Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos'. Su última obra es 'Yoga'. En 2021 recibió el Premio Princesa de Asturias de las Letras.
'El adversario' cuenta una historia terrible, pero lo hace desde una reflexión transcendente que nos invita a entender, a ir más allá. Es una novela magníficamente estructurada, estremecedora, tal vez porque sabemos que todo es verdad y que todo es mentira.
Uno de los casos más duros de la historia de Francia
Como señala Alba R. Prieto en Zenda, el true crime está de moda, aunque lleva con nosotros desde finales de los años 50. Su ópera prima, más conocida como "nuevo periodismo" o "novela testimonial", fue 'Operación Masacre', del argentino Rodolfo Walsh. Aun así, el hito mundial que todos recordamos lo consiguió Truman Capote con 'A sangre fría'. 'El adversario' relata uno de los casos más duros de la historia gala. Carrère mantiene la objetividad que produce la distancia con el protagonista. Se cartea con él con el único fin de contar lo que sabe y profundizar en la memoria de Jean-Claude, en su yo —que se iguala al del autor— y en su condición humana para intentar entender qué ocurrió y adentrarse en sus motivaciones.
Más información
Como escribe Marc Bassets en Babelia, podría argumentarse que el antecedente de 'El adversario' es otro, menos evidente que 'A sangre fría': 'El extranjero', de Albert Camus, también la historia —en este caso ficticia— de un asesinato y una condena. Ambos libros se parecen por los abismos existenciales a los que ambos relatos arrojan. Y por los protagonistas: Meursault y Romand, dos hombres solitarios, enigmáticos, arrastrados en su vaivén vital por quién sabe qué fuerzas. Uno mató porque hacía calor y el sol pegaba fuerte; el otro, porque un día no se presentó a un examen y esto abrió las compuertas a una catarata de mentiras que desembocó en una matanza.
La figura de Satán
Señala Jesús Marcos Carcedo en El Adelantado, que el análisis de Carrère del carácter de Romand se hace a través de una multitud de referencias de orden trascendental que enriquecen la narración con provocadoras sugerencias. El impacto causado por los crímenes en el vecindario nos lleva ya desde el principio a penetrar en una atmósfera en la que se tambalea todo aquello en lo que se asienta la seguridad de la gente.
Carrère recurre a la figura bíblica de Satán, el Adversario por antonomasia, que los padres de Romand habrían visto encarnado en su propio hijo, para inducirnos a la consideración de todo lo que implica la gélida y estremecedora presencia del mal entre nosotros. Jean-Claude Romand, tras 26 años en la cárcel de Châteauroux obtuvo la libertad condicional el 28 de junio de 2019, y se dirigió a la Abadía de Fontgombault, una abadía benedictina del siglo XI que sigue la liturgia previa al Concilio Vaticano II, donde tiene previsto vivir.