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Isabel II, la Reina con mayúsculas

Su destino no era ocupar el trono y, sin embargo, despedimos a la soberana más longeva del mundo

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Isabel II ha ocupado el trono durante 70 años, convirtiéndose así en la segunda soberana más longeva del mundo y en todo un símbolo de la monarquía británica. Sin embargo, su destino no era ser reina. Era su tío Eduardo quien estaba destinado a reinar, pero abdicó diez meses después de ser coronado para poder casarse con Wallis Simpson, una divorciada estadounidense de la que estaba profundamente enamorado.

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Entonces Jorge VI, padre de Isabel, accedió al trono y ella, con tan solo 11 años, se convirtió en la heredera. La Segunda Guerra Mundial se cruzó en su idílica infancia. A pesar de la grave amenaza que suponía permanecer en el país, sus padres decidieron no enviar fuera a las princesas e Isabel y su hermana, aterradas, fueron testigo de los bombardeos en las inmediaciones del Palacio de Buckingham hasta nueve ocasiones. En 1940, con una dulce voz infantil, pronunció su primer discurso por la radio dirigido a los niños evacuados de la guerra...

PERFIL | Isabel II, la Reina en mayúsculas

Tras seis años de contienda, los alemanes se rindieron y la princesa Isabel, uniformada, se sumó a las multitudinarias celebraciones en las calles de la capital. Dicen que la guerra marcó su carácter firme y perseverante. De aquel conflicto nació quizá también su gran sentido del deber. A partir de entonces cada uno de sus movimientos fueron objeto de una crónica. Con 21 años pronunció uno de sus discursos más célebres: "Declaro ante todos ustedes que toda mi vida, sea larga o corta, estará dedicado a su servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial".

En noviembre de aquel mismo 1947, Isabel contrajo matrimonio con el príncipe Felipe de Grecia, que se convirtió en duque de Edimburgo. Y como ella siempre dijo, fue el mayor apoyo de su vida. Su primer retoño, el príncipe Carlos nació al año siguiente y con el tiempo la familia se completaría con tres hijos más, Ana, Andrés y Eduardo.

Reina con tan solo 25 años

Tras el luto oficial y con solo 25 años, el 2 de junio de 1953, Isabel se convirtió en la reina de Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, además de los estados de la Commonwealth. La ceremonia de coronación en junio de 1953 fue vista en televisión por 27 millones de británicos.

Inició su reinado con numerosos viajes oficiales porque entre sus máximas estuvo siempre la de "debo dejarme ver para que me crean". Históricos fueron su primera visita de Estado a Estados Unidos en 1957 y su encuentro en Ciudad del Cabo en 1995 con Nelson Mandela, a quien le unía una entrañable amistad y único mandatario que la llamaba Isabel. Durante años, la Reina mantuvo una encubierta campaña contra el apartheid en Sudáfrica y así brindaba por la felicidad de este país.

Digno de recordar es también su oficial a Dublín en 2011. Era la primera soberana británica en viajar a una Irlanda independiente. Cuatro días de visita para sellar la reconciliación en un conflicto que fue durante años una amenaza para su reino.

Despachó con más de una docena de primeros ministros británicos, entre ellos algunos tan renombrados como Churchill o Margaret Thatcher, con la que, según las malas lenguas, no congeniaba. Desde que fue coronada, conoció a más de media docena de papas. A unos los visitó en El Vaticano y a otros los recibió en el Palacio de Buckingham.

Entre sus momentos más amargos está el año 1992. En un discurso ante el Parlamento, Isabel II no dudó en calificarlo de 'annus horribilis', porque en 1992 Tuvo que lidiar con el divorcio de su hija Ana, la separación de sus hijos Carlos y Andrés. Y en el colmo de la mala suerte, también un incendio arrasó parte del castillo de Windsor. Una década más tarde, en 2002, ese ‘annus horribilis’ se repitió: su hermana Margarita de Inglaterra y su madre murieron en el intervalo de pocos meses.

Nunca concedió una entrevista a ningún medio. Pero todos conservaremos en nuestra retina multitud de imágenes de una eterna Isabel II: de sus vistosos sombreros, tenía más de 5.000, de sus deslumbrantes joyas y de sus mensajes de Navidad. El de 1957 fue el primero en emitirse por televisión, a través de la BBC Today.

Los que han sentido adoración por su figura creen que ha sido una reina que evolucionó y lo hizo. Además, en un momento de la historia en el que el mundo cambiaba con una rapidez asombrosa. Sin embargo, sus críticos sostienen que el principal mérito de Isabel II ha sido la sensación de continuidad. Opiniones de unos y otros al margen, es indiscutible que con ella se va uno de los últimos símbolos del siglo XX.