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Opinión

Las desagradables consecuencias de la mala nutrición informativa

Sueño con un mundo ideal donde cada medio de comunicación estuviera obligado a hacer pública la lista de ingredientes con los que elaboran sus noticias

Una mala nutrición informativa tiene desagradables consecuencias

Madrid

Si a elegir la información que consumimos dedicáramos la mitad de la atención que ponemos al elegir los productos que ingerimos, el mundo sería un lugar socialmente más saludable. Del mismo modo que es imposible mantener un cuerpo sano sin una adecuada alimentación, una mala nutrición informativa tiene también desagradables consecuencias.

Sueño con un mundo ideal donde cada medio de comunicación estuviera obligado a hacer pública la lista de ingredientes con los que elaboran sus noticias: el porcentaje de verdad, el de legítimo posicionamiento editorial o el de interés soterrado de sus accionistas. Es solo un sueño, soy consciente de que ninguno admitiría llevar el aceite de palma de la manipulación.

El problema de la información es que, como en lo culinario, hay una tendencia natural a conformar nuestro menú no con los ingredientes más sanos sino con los que mejor nos saben. Por eso acudimos al medio informativo cuya carta se acerca más a nuestros gustos. En realidad, es como ese bar donde el camarero te pregunta “¿Le pongo lo de siempre, don Miguel?”, pero con titulares.

La polarización que vivimos es, en parte, fruto de una dieta informativa hipercalórica y esa propensión tan humana al sedentarismo reflexivo. El problema es que las consecuencias de una mala alimentación informativa nos pasan más desapercibidas porque puedes mirarte al espejo y alarmarte al ver cómo te ha crecido la papada, pero no vas a notar jamás que se te está poniendo el pensamiento fofo.

Miguel Sánchez Romero

Guionista y realizador televisivo español, Miguel...